La computación cuántica es el futuro de los computadores, lo cual se ha originado porque a medida que evoluciona la tecnología, aumenta la escala de integración y caben más transistores en un espacio, así se fabrican microchips cada vez más pequeños, y es que, cuanto más pequeño es, mayor velocidad de proceso alcanza el chip. Sin embargo, no podemos hacer los chips infinitamente pequeños.
Hay un límite en el cual dejan de funcionar correctamente. Cuando se llega a la escala de nanómetros, los electrones se escapan de los canales por donde deben circular. A esto se le llama efecto túnel. Una partícula, si se encuentra con un obstáculo, no puede atravesarlo y rebota. Pero con los electrones, que son partículas cuánticas y se comportan como ondas, existe la posibilidad de que una parte de ellos pueda atravesar las paredes si son demasiado finas; de esta manera la señal puede pasar por canales donde no debería circular. Por ello, el chip deja de funcionar correctamente. En consecuencia, la computación digital tradicional no tardaría en llegar a su límite, puesto que ya se han llegado a escalas de sólo algunas decenas de nanómetros. Surge entonces la necesidad de descubrir nuevas tecnologías y es ahí donde entra la computación cuántica.
Físicos del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) han logrado un importante avance en la computación cuántica, al crear lo que podría ser una forma viable de manipular ese único “bit” del procesador cuántico. La solución propuesta hace un uso bastante novedoso de la luz polarizada para crear campos magnéticos realmente efectivos, logrando una gran avance para la creación de computadores cuánticos.
Fuente: NIST