Un joven americano de 28 años de edad fue acusado ayer junto a otros dos de sus cómplices por haber ideado la mayor estafa cibernética de hacking y robo de identidad de la historia de los Estados Unidos. Los presuntos ciberdelincuentes habrían conseguido entrar en los sistemas informáticos de cinco grandes compañías, entre las que se incluirían los supermercados Hannaford Bros y 7 Eleven y Heartland Payment Systems, firma esta última dedicada al procesamiento de tarjetas de crédito para empresas. El botín principal era el acceso a un total de 130 millones de tarjetas de crédito y débito.
El robo, perpetrado entre octubre de 2006 y mayo de 2008, sería la mayor acusación en cinco años contra el principal imputado, Alberto González, natural de Miami. González ya se ha hecho conocido por la justicia estadounidense ya que en 2003 fue detenido y usado como informador para los servicios secretos antes de que volviera a incurrir en delitos de seguridad informática.
Al hacker se le acusa también de haber sido el artífice de la violación de una base de datos y el desvío de más de 40 millones de números de tarjetas de crédito desde TJX Cos y otras compañías, con un coste para la empresa madre TJ Maxx de unos 200 millones de dólares, según se hace eco The Wall Street Journal.
González es un “jugador muy importante en un sofisticado anillo que ha conseguido resultados reales a nivel de calle de bancos, venta al por menor y fraudes de tarjetas de crédito y débito”, señaló Seth Kosto, asistente de la administración estadounidense en Nueva Jersey especializado en ciberseguridad.