Las siglas GPS significan Global Position System, ‘Sistema de Posicionamiento Global’. Es un sistema que permite conocer la posición de algo o alguien en cualquier lugar del mundo con una gran precisión. Este sistema originalmente fue desarrollado, instalado y operado por el Departamento de Defensa de los EEUU.
Antiguamente, nuestros antepasados se guiaban por la posición del Sol durante el día y por la estrella Polar por las noches, cargaban cartas y mapas de navegación y deducían su posición basándose en el uso de la brújula y el sextante. En la actualidad, solamente necesitamos un pequeño aparato con GPS integrado, para conocer exactamente nuestra posición en cualquier parte del mundo.
Pero… ¿cómo funciona el GPS? El funcionamiento del GPS se basa en una red de satélites formada por 24 unidades en órbitas sincronizadas alrededor del globo terráqueo, en total son 27 satélites los otros 3 sirven como respaldo. De este modo, cualquier punto del globo está “cubierto” por varios satélites.
Para situar una posición, el GPS se basa en la triangulación, un principio matemático que determina la posición exacta de un punto conociendo las distancias de éste a otros tres puntos de ubicación conocida. Para ello solo hay que trazar tres circunferencias imaginarias con centro en los puntos conocidos y cuyos radios coincidan con la distancia del punto a determinar.
Así pues, en teoría, solamente es necesario conocer la posición de tres satélites (y su distancia al aparato receptor de GPS) para poder calcular nuestra posición. Esto parece fácil, pero su aplicación supone bastantes inconvenientes. Pero todo se soluciona con la inclusión de la medición de un cuarto satélite y algunos cálculos correctivos.