En la frenética carrera por brindar mejor resolución y nitidez, los televisores de LCD cedieron sus privilegios a los LED, una versión optimizada que suma algunas mejoras. En realidad, no se trata de un cambio de paradigma ya que el LED es un desprendimiento de la familia de los LCD. La innovación más importante se da en las fuentes de luz que emplea. En lugar de las lámparas fluorescentes de los LCD, la pantalla se ilumina con diodos emisores de luz (LED).
Entre los beneficios más apreciables, se produce un salto de calidad en la imagen. A lo dicho se le suma un contraste más acentuado, una reducción del espesor, un consumo de energía más eficiente (hasta un 40% menos) y una disminución en los reflejos que inciden en la superficie.
Y si bien estas pantallas compiten entre sí, lo hacen en una pequeña franja.
Los LED están disponibles en tamaños grandes, que van de 40 a 70 pulgadas. En cambio, los LCD van de las 15″ a las 65 pulgadas. Y aunque se acabó la ganga de las 50 cuotas, ahora se puede aprovechar promociones de 20 y 30 cuotas.
Mientras la vida útil de un LCD ronda las 60 mil horas, los de LED alcanza unas 100 mil. Lo que equivales a unos 18 años, si se lo utiliza a razón de 5 horas diarias.
En cuanto a su valor, los LED están un 30% más caros (10.000 pesos contra 7.000, en un 40″ de la misma marca). Como ocurre en estas pujas, se especula que el precio de los LED se irá acomodando para desterrar a los LCD. Pero eso todavía está por verse.
Como siempre la oferta informática tiende a diversificarse.
Entre los LED, hay dos tipos. Están los de borde iluminado, que constituyen la nueva generación de pantallas, y los que reproducen contendido en 2 y 3 dimensiones
.En los de borde iluminado o Edge, los diodos emisores de luz se sitúan alrededor del borde y a través de unos paneles difusores se encargan de distribuir la luz desde los costados hacia el centro de la pantalla. Las luces ultrachatas, que reducen la profundidad, el peso y el consumo, se puede apagar o encender, dependiendo de la escena. Esto le aporta un mejor contraste y una gran precisión de colores.
La otra variante son los LED 3D, que también reproducen contenido en 2D y algunos convierten las imágenes convencionales en tridimensionales. Estos TV emplean anteojos de obturación que añaden profundidad y en algunos casos, se pueden recargar vía USB.
Así, el efecto 3D se genera mostrando dos señales, una para cada ojo, distintas entre sí. Una vez que llegan al cerebro, son procesadas de manera simultánea, formando imágenes 3D y la consecuente sensación de relieve.