El láser cumple cinco décadas de vida y aunque inicialmente se lo relacionó solo con la ciencia e incluso la industria, su uso con los años se volvió tan versátil que es considerado uno de los inventos más revolucionarios en la historia del hombre. Está presente en las salas de intervenciones quirúrgicas y estética, así como en los equipos que leen CD, DVD y Blu-ray; los hologramas de objetos tridimensionales, las impresoras, los lectores de códigos de barras utilizados en muchos comercios o los sistemas de comunicaciones por fibra óptica que conectan la red global de internet.
Por su versatilidad, el láser ha llegado a ser utilizado como arma, herramienta científica, instrumento quirúrgico, juguete, puntero y hasta recurso fundamental en la iluminación de espectáculos.
Su invención es atribuida a los científicos estadounidenses Charles Hard Townes y Arthur Leonard Schawlow, quienes lo patentaron en 1960, aunque existen indicios de que su presencia data de 1916 cuando el genio alemán Albert Einstein trabajaba en la emisión estimulada de la radiación. Él, por tanto, estableció los fundamentos para el desarrollo de los láseres y de sus predecesores.
Una publicación que Townes y Schawlow hicieron a fines de la década de los cincuenta de un artículo titulado ‘Infrared and Optical Masers’ llevó a otro científico estadounidense, Theodore Maiman, a construir el primer dispositivo láser en 1960 en los Hughes Research Laboratories, en California.
Maiman nunca ganó el Premio Nobel de Física por su revolucionario invento, a pesar de ser nominado varias veces. En cambio, Townes sí lo ganó en 1964, así como otros científicos por sus investigaciones y trabajos con el láser.
No obstante, la fecha referencial del descubrimiento y aplicación del láser es el 16 de mayo de 1980, cuando un grupo de físicos de la Universidad de Hull, liderados por Geoffrey Pret, registran su primera emisión en el rango de los rayos X.
Pocos meses después se comienza a comercializar el disco compacto, donde un haz láser de baja potencia “lee” los datos codificados en forma de pequeños orificios (puntos y rayas) sobre un disco óptico con una cara reflectante. Posteriormente esa secuencia de datos digital se transforma en una señal analógica permitiendo la escucha de los archivos musicales.
Estos son solo algunos de los avances logrados con el láser.
Conceptualmente, el láser es un dispositivo capaz de generar un haz de luz que posee una intensidad mucho mayor que la luz emitida por cualquier otro tipo de fuente luminosa.
La dispersión angular del haz del láser es también mucho más pequeña, por eso es que se observa la emisión de su “rayo” como un delgado haz rectilíneo de luz cuando es dispersado por las partículas de polvo.