Durante años, el Internet fue sencillo: todos navegábamos la misma Red. Gracias al iPhone, el Kindle, la BlackBerry, el Droid y, desde luego, a la fanfarroneada iPad, esta idea será para el 2010 un recuerdo pintoresco. Así como se multiplican los dispositivos de conexión móvil lo hace también el contenido pensado para un gadget específico. Por ejemplo, la aplicación Tweetie de Twitter sólo está disponible en el iPhone; y GMail sólo opera en el Droid.
Y si compras un libro electrónico para el Kindle de Amazon no podrás leerlo en tu iPad de Apple. Al mismo tiempo, cada vez más el contenido online exige contraseña, como sucede con los perfiles de Facebook y algunos periódicos.
La red comienza a enredarse. Es decir, el Internet que conocíamos está desapareciendo. Es el final de una edad de oro, según el analista de Forrester Research Josh Bernoff, quien acuñó el término “splinternet” para describir este fenómeno (“splinter” en inglés significa “escindido”).
Atravesaremos un proceso similar al de la guerra entre AOL y CompuServe. En aquellos inicios de la red, los usuarios veían el contenido mediante esos dos sistemas. Luego la World Wide Web se convirtió en una plataforma abierta. Hoy, los dispositivos móviles vuelven a dividir la red.
Limitaciones
Cuando los usuarios elijan comprar un iPhone, un Droid de Motorola, una BlackBerry o lo que sea, también están optando por cierto contenido, ya que no todas las aplicaciones están disponibles para todos los gadgets.
Dan More de Updata lo explica diciendo que el contenido se coloca “en comunidades de acceso restringido.” Los fabricantes de estos dispositivos pueden elegir qué aplicaciones operarán en sus aparatos, descartando aquellas que podrían rivalizar con sus propios productos o que no consideran adecuadas. ¿Un ejemplo? Apple rechazó incluir en el iPhone la aplicación Voice de Google porque ésta les hubiera permitido a los usuarios enviarse textos gratis y hacer llamadas internacionales a bajo costo.
Las limitaciones van más allá de las aplicaciones: la nueva iPad no corre el programa Flash de Adobe, lo que obstaculizará la visualización de muchos sitios web.
“Aunque esta tendencia no es necesariamente negativa para los consumidores, deben estar conscientes de que ahora están tomando una decisión. Elijan lo que elijan, hay contenidos que no estarán disponibles” explica Bernoff.
Elección difícil
Las empresas que desarrollan aplicaciones ahora enfrentan decisiones difíciles. ¿Qué dispositivos apoyarán? ¿Cuánto tiempo y dinero costará para que sus contenidos corran en estos gadgets? Luego, tras la decisión, perderán una porción de los consumidores a los que llegaban a través de la Red.
Una pequeña empresa como OKCupid.com tuvo que reescribir el programa para que éste pudiera funcionar en el iPhone, invirtiendo seis meses para ello. Los propietarios de Froogloid, una aplicación útil para comparar compras, han decidido trabajar con el sistema Android, porque muchos móviles lo llevan, como Droid, Eris y G1.
Fuente: cnnexpansion