De acuerdo con expertos, las legislaciones de varios países no han reaccionado ante la tenue línea que divide lo público y lo privado en internet. Nadia nunca imaginó que el video íntimo que grabó junto a su novio cuando estaba “locamente” enamorada de él le daría tantos dolores de cabeza. La insinuación que Carlos le hizo, el día que ella lo dejó, de que podría publicarlo en internet la atormenta.
En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, BBC Mundo investigó hasta qué punto las redes sociales se han convertido en un nuevo escenario de la violencia de género.
TIPOS DE AGRESORES EN LA RED
El que se refugia en el anonimato que ofrece internet
El que ejerce el abuso sin ocultar su verdadera identidad
El que roba una identidad
“En el trabajo que hacemos para prevenir la violencia de género entre jóvenes en etapas de noviazgo, nos hemos dado cuenta de que hay diferentes manifestaciones de violencia que van desde la exposición en internet de fotos (que pueden llegar a ser comprometedoras) de las chicas hasta el control, por parte de sus novios, de sus perfiles de Facebook, sus correos electrónicos, sus celulares”, le dijo a BBC Mundo, Carolina Peyrín, directora de Domos, una organización chilena que lucha por la equidad de género.
Para Peyrín, en algunos casos las redes sociales se han convertido en plataformas donde se concretan abusos y hostigamientos contra las mujeres.
“Hemos tenido que atender a mujeres, cuyas parejas o ex parejas les han escrito amenazas, ridiculizaciones y descalificaciones en sus páginas en internet. Generalmente sucede cuando la relación está en riesgo de finalizar o cuando ya ha terminado”, señaló.
En el centro del continente, en El Salvador, la situación no es desconocida.
Ledy Moreno, coordinadora del programa de Derechos Humanos y Acceso a la Justicia de Ormusa, le señaló a BBC Mundo que esa organización asesora, al año, a alrededor 600 mujeres víctimas de violencia intrafamiliar.
Debido a la naturaleza de sus casos, a 60 de ellas se les hizo una sugerencia que, de acuerdo con Moreno, puede llegar a ser de vida o muerte: no tener una cuenta en Facebook o en otra red social hasta que su situación mejore.
“Tuvimos el caso de una mujer, cuyo agresor se enteraba de todo lo que tenía que ver con ella a través de las actualizaciones que hacía la hermana de la víctima en Facebook. Este hombre también había logrado meterse en su correo electrónico”, indicó Moreno.