Existen inventos que, de tan útiles que resultan ser, terminan pasando desapercibidos para la mayoría de los que trabajamos a diario con herramientas tecnológicas. Generalmente suele decirse que algo que no se nota y cumple su función, es algo que está bien hecho.
La archiconocida alfombrilla que va debajo de nuestros ratones, conocida comercialmente como “Mouse Pad”, nació en un laboratorio en 1969, pero en un formato rudimentario y con el sólo objetivo de contener dentro de un espacio limitado de trabajo a los primeros prototipos de mouse que comenzaban a experimentar Alex Pang y Jack Kelley, los científicos y continuadores del proyecto de Douglas Engelbart y padres del nombre “mouse” para los ratones actuales, en el Stanford Research Institute.
En este mismo instituto fue donde Douglas Engelbart inventaba el mouse en 1969 pero lo patentaba bajo el nombre de X-Y Position Indicator for a Display System o Indicador de posición X-Y para un sistema con pantalla, (imagínense pidiendo uno de estos en un local de informática…).
Tuvieron que pasar diez años para que en 1979, el mexicano Armando Fernández le diera el definitivo empujón comercial y el nombre oficial por el cual lo conocemos hoy, además del diseño y sobre todo, la utilidad que hasta hoy a perdurado.
Fernández trabajaba para la empresa Xerox, quien estaba interesada en incluir en sus primeros modelos de computadoras personales Xerox Star 8010 con interfaz gráfica, un dispositivo de entrada para facilitar algunas tareas y optimizar el uso de imágenes, para lo cual el invento llamado “mouse” iba a ser la opción elegida.
Este nuevo e innovador dispositivo iría acompañado de una simple almohadilla que facilitaría aún más el desplazamiento y la precisión del ratón, el cual se convirtió en compañero inseparable a lo largo de sus más de 20 años de existencia.
El invento de Fernández se destacó y funcionó de manera inmediata, debido a que mejoró notablemente la precisión y velocidad de uso de estos primeros y costosos dispositivos de entrada (un mouse en 1980 costaba alrededor de US$400).
En la actualidad, la utilidad sigue siendo la misma, se han perfeccionado variando los materiales de fabricación y adecuándolos a los distintos requisitos de los usuarios. Los podemos encontrar en todas las formas y tamaños (y para todos los gustos), tanto como regalo empresarial comercial o como elección propia de acuerdo al tipo de uso que le daremos si somos gamers, diseñadores o simplemente operadores de una computadora con síndrome de túnel carpiano.
Además del uso comercial o la utilidad como servicio (algunas compañías publican sus datos de soporte en los mouse pad), también han sido utilizados por artistas plásticos y músicos para presentar algunas de sus obras o materiales.