My WebWill, un testamento online en el que el usuario puede decir quién se queda con sus contraseñas y accesos a la Red, después de haber muerto. Se trata de un servicio de pago. La suscripción mensual cuesta un dólar al mes, de manera que el hecho de estar suscrito nos puede salir por un pico a lo largo de la vida. Depende de lo que tardemos en traspasar. A cambio, este “seguro virtual” promete ocuparse de todo en cuanto hayas muerto.Puedes elegir distintas opciones, como desactivar o eliminar las cuentas de Facebook o Twitter, o encomendar la gestión de tu blog a otra persona. Lo más horripilante tiene que ver con la elección del servicio “mensaje post mortem” para despedirnos por última vez de nuestros contactos con un mensaje de correo electrónico.
La idea procede de la tesis doctoral de Lisa Grandberg, alumna del Beckmans College of Design y cofundadora de MyWebWill. En la actualidad, este negocio funerario está en versión beta, pero cuenta con el respaldo de muchos familiares de usuarios que ya han fallecido y que todavía permanecen registrados en ciertos servicios, puesto que sus allegados no conocían sus contraseñas. La actual versión beta ofrece servicio en sueco y en inglés.