Tras varios años de crecimiento imparable se frena la adopción de la banda ancha de alta velocidad para conectarse a Internet en los hogares. Su adquisición ha descendido dramáticamente en el último año, según un estudio realizado por la consultora Pew Internet. Según los datos ofrecidos en el trabajo, dos tercios de los adultos estadounidenses, lo que supone el 66 por ciento del total, disponen en estos momentos de una conexión a Internet de banda ancha en su hogar, pero se trata de una cifra que casi no ha variado con respecto al año pasado. Entonces, el porcentaje de personas que contaban con conexión doméstica de alta velocidad era del 63 por ciento.
No obstante, aunque el crecimiento de la banda ancha entre la mayoría de los grupos demográficos que conforman la población americana ha sido leve, hay una excepción en el caso de los habitantes afroamericanos, que han experimentado un crecimiento del 22 por ciento con respecto al año pasado.
De los datos del estudio se desprende que en 2009 el 65 por ciento de los blancos y el 46 por ciento de los afroamericanos eran usuarios de banda ancha, lo que supone una diferencia de 19 puntos. Frente a esto, a lo largo de este año, el 67 por ciento de los blancos y el 56 por ciento de los afroamericanos están abonados a la banda ancha, situándose la brecha en sólo 11 puntos.
Asimismo, entre un 41 y un 53 por ciento de los estadounidenses no cree que la difusión de la banda ancha a un precio asequible deba ser una prioridad para el Gobierno. No obstante, contrariamente a lo que algunos podrían sospechar, las personas que utilizan menos Internet no están menos a favor de que el Gobierno priorice la propagación de las conexiones de alta velocidad, que los usuarios actuales.
En cualquier caso, el 34 por ciento restante de la población adulta que dice no utilizar conexión de banda ancha en sus hogares, incluye a los que acceden online a través de una conexión telefónica (el 5% de los adultos), los que se conectan desde fuera de su casa (el 26 por ciento) y los que se conectan desde casa pero no tienen claro qué tipo de conexión que tienen (lo que supone el 3 por ciento).
Una quinta parte de los adultos estadounidenses, el 21 por ciento, no utilizan aún Internet. Muchas de estas personas consideran que los contenidos online no son relevantes en su vida diaria y son están seguros de poder utilizar los ordenadores y navegar por la web por su cuenta.
No obstante, la desconexión no es total. Un tercio de estos no usuarios, el 34 por ciento, tiene alguna conexión con el mundo online, ya sea porque vive en un hogar con una conexión que otros miembros de la familia utilizan o porque lo han tenido que utilizar en el pasado. Los otros dos tercios restantes no están vinculados de una manera obvia a la vida online y muchos expresan poco interés en el uso de esta tecnología.
En la encuesta se preguntó a los estadounidenses su opinión sobre los problemas que puede conllevar el no utilizar una conexión de alta velocidad y las opiniones fueron muy variadas. El 43 por ciento de ellos cree que la falta de banda ancha es una gran desventaja a la hora de informarse sobre las oportunidades de empleo o la obtención de nuevas habilidades profesionales.
Por el contrario, cerca de 23 por ciento piensa que la falta de acceso es una desventaja menor y el 28 por ciento cree que no es una desventaja. Estos mismos porcentajes se obtienen cuando se les pregunta por información sobre la salud y ofertas de empleo, entre otras cuestiones.
Este estudio está basado en los resultados de una encuesta de seguimiento diario sobre el uso de los estadounidenses de Internet. Sus resultados son fruto de entrevistas telefónicas llevadas a cabo por Princeton Survey Research Associated International entre el 29 de abril y 30 de mayo de 2010, en una muestra de 2.252 adultos de 18 años.
Los resultados gozan de una confianza del 95 por ciento, y su margen de error es de unos 2,4 puntos porcentuales que el error atribuible al muestreo y otros efectos aleatorios es más o menos 2,4 puntos porcentuales.