Debutó en julio de 1979 y se convirtió en un ícono de las décadas de los años 80 y 90. Pero con un simple anuncio de “producción finalizada”, Sony le dijo adiós al Walkman. La firma anunció que cesaba la producción en Japón del reproductor portátil de casetes que ella mismo inventó.
El último lote ya ha sido enviado a las tiendas y una vez que se agote Sony asegura que el Walkman desaparecerá de todo Japón. Y cada vez será más difícil conseguir uno.
Se trata de una despedida tenue en su casa para un producto que ha vendido cerca de 220 millones de unidades durante su vida útil y colocó a Sony en el mapa mundial como un innovador.
La compañía no solo inventó el producto electrónico más conocido de Japón, sino que cambió para siempre la forma en la que escuchamos música, permitiendo llevar canciones a la calle y creando la posibilidad de aislarse en medio de multitudes.
Incluso el término Walkman se hizo tan popular fue adaptado con naturalidad al vocabulario en español para definir al reproductor portátil.
Pero la marca no muere, porque Sony ha creado reproductores portátiles de CD y de mp3, además de teléfonos móviles, que mantienen la denominación Walkman.
La marca no se pierde, porque Sony ha mantenido el nombre en reproductores digitales.
Sony dice que va a seguir vendiendo el producto en el exterior, especialmente en Asia y Oriente Medio, donde la demanda de cintas para el Walkman no es “totalmente cero”, según un portavoz de la compañía.
Sony anunció que traslada la producción a un fabricante por contrato en China, lo que hará más fácil que la empresa termine por completo la producción.
El último modelo de Walkman salió en 2008 y se puede comprar por unos 4.000 yenes (US$49).
Algunos analistas lo ven como una renuncia de Sony a su liderazgo como reproductor portátil de música, porque la propia compañía ha reconocido que no puede competir con el éxito del iPod de Apple y el popular iTunes, la tienda digital que se convirtió en la nueva revolución de la música.
Desde principios del siglo XXI el reproductor portátil de casetes, con su compleja ingeniería, envejeció y empezó a ser visto por las nuevas generaciones como un aparato engorroso y desfasado.
Para ser honesto yo tengo muchisimo tiempo que no veo uno de esos aparatos