La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) puso un ultimátum: para 2013, los bancos deben instalar un chip en las tarjetas de plástico. De no hacerlo, tendrán que pagar todos los cobros no reconocidos. “Para superar de una vez por todas la clonación hay que migrar al uso del chip y olvidarse de la banda magnética”, dice Marco Carrera, director de estudios de la Condusef. El beneficio directo será para el usuario. En 2009, los fraudes con tarjetas y otros medios de pago bancarios llegaron a 60 millones de dólares (MDD), según la Asociación de Bancos de México (ABM).
Sin embargo, empresas como Gemalto, dedicada a la seguridad digital y que facturó cerca de 150 millones de dólares en 2009 en México, también ganarán de la embestida en contra de la clonación.
El cambio de tecnología propuesto por las autoridades bancarias requiere de inversiones millonarias. Los bancos tendrán que generar plásticos con chip para sustituir los 59.4 millones de tarjetas de débito que hay en México, y cambiar la tecnología en los cajeros automáticos y las terminales de punto de venta.
De acuerdo con Carlos López Moctezuma, vocero de la CNBV, el proceso para migrar los 22.09 millones de tarjetas de crédito que existen en el país va mucho más adelantado. “Le dieron prioridad a las tarjetas de crédito porque funcionan con dinero de los bancos”, señala Carrera.
Aunque 54% del negocio de la firma francesa proviene de su unidad de telecomunicaciones (fabrican chips para teléfonos celulares), la determinación de la CNBV le abre un nicho de oportunidad al también proveedor de las tarjetas del tren suburbano del DF, que utilizan 30,000 usuarios todos los días.
Desde 2002 Gemalto, posición 320 en el ranking de las 500 empresas más importantes de México 2009, ha sido proveedor de chips para tarjetas de crédito en México, y ahora le conviene participar en la transición de los plásticos de débito, que son muchos más.
“Con esto, el débito se convertirá en lo que es, una herramienta flexible y conveniente de utilizar en vez del efectivo, y con los niveles de seguridad que le den tranquilidad al usuario”, dice Dimas Gómez, director de Mercadotecnia del segmento Finanzas de Gemalto para Latinoamérica.
Para Gómez, el reflejo más claro de esta transición está en la cantidad de puntos de venta que ya aceptan tarjeta con chip. “Es la base. Es lo que hacía falta para que la migración de débito tuviera sentido en México”, agrega.
Gemalto no tiene el negocio asegurado. Carrera señala que junto con otras empresas, como Schlumberger, la francesa tendrá que participar en los concursos que organicen los bancos para elegir a su proveedor.
Gemalto tiene más proyectos. Uno de ellos consiste en introducir sistemas de pago contact less, esto es que el usuario puede hacer pagos en comercios y en el transporte público desde su celular.
Sin embargo, hay una barrera que no permitirá ofrecer estos servicios de manera masiva de inmediato: los celulares con esta aplicación son aún muy costosos para la población que suele usar el transporte público, por ejemplo. Pasarán al menos tres años para que más gente pueda costear estos equipos.