Un grupo de investigadores de la Universidad Chung Hua de Taiwán ha anunciado el desarrollo de un sistema automático de reconocimiento facial para controlar la asistencia a clase y detectar a los estudiantes que se duermen en las aulas. El rotativo isleño “Tiempos de China” se deshace en elogios hoy ante el invento del Departamento de Informática de Chung Hua, aunque para algunos este avance tiene visos de control social. “Las predicciones de George Orwel en ‘1984’ parecen que están cerca y que los avances tecnológicos facilitan el control social y son una amenaza para la privacidad”, dice el filósofo José Ramón Álvarez, de la Universidad Fujen de Taiwán.
La directora del proyecto de investigación en reconocimiento facial, Judy C.R. Tseng, argumenta que utilizar el sistema en las clases es algo innovador, ya que hasta la fecha las tecnologías de reconocimiento facial sólo se usaban en sistemas de seguridad para controlar el acceso a instalaciones.
El nuevo sistema taiwanés puede realizar la identificación simultánea de un grupo numeroso de estudiantes, incluso si estos hacen muecas para deformar sus rostros, afirma Tseng.
Otros de los investigadores, Huang Yea-shuan, subraya que el nuevo sistema es de ayuda para los estudiantes, porque no les pondrán falta aunque se olviden de su carné de estudiante, como sucede ahora.
Para Álvarez, en cambio, estos inventos manifiestan una pérdida del espíritu universitario de libertad y de ayuda al estudiante y un aumento del control.
“Lo importante en la universidad es incentivar y ayudar a losestudiantes a aprender”, dice el filósofo de la Universidad Fujen.
La aplicación en las aulas de la tecnología de reconocimiento facial es sólo el primer paso de un proyecto más ambicioso, dijo Tseng quien informó de que ya se trabaja en el desarrollo de un sistema para impedir que los estudiantes se queden dormidos.
El nuevo sistema utiliza las palpitaciones, la temperatura corporal y otros datos para saber si el alumno comienza a caer en brazos de Morfeo y emite una luz para avisarle.
Los cientos de miles de cámaras que llenan Taiwán están teniendo efectos positivos en la captura de delincuentes y en la prevención de robos y otros delitos, pero también suponen una pérdida de intimidad.
Los descubrimientos de la Universidad Chung Hua pueden revolucionar el sistema de pasar lista en las universidades taiwanesas y aplicarse a los lugares de trabajo y reuniones sociales, con consecuencias difíciles de predecir.