La provincia de Santiago de Cuba, en la zona oriental de la isla, dispone de un Cromatógrafo Gaseoso para el diagnóstico de drogas en la población y el ambiente. El dispositivo determina el consumo y abuso de medicamentos y la presencia de sustancias dañinas al hombre y el entorno. Con este equipo pueden analizarse estados de intoxicación de cualquier tipo y el análisis de muestras de agua, suelos y otras sustancias, para identificar la presencia de elementos químicos.
El servicio está disponible en el Centro de Toxicología y Biomedicina del territorio, único de su tipo en esa región de la mayor de las Antillas.
La tecnología de esa institución se emplea en estudios relacionados con la contaminación de la Bahía de Santiago de Cuba, el análisis de sustancias tóxicas contaminantes e investigaciones relacionadas con la calidad de productos farmacéuticos.