Internet se ha convertido en la principal fuente de información de la población a la hora de resolver dudas médicas, ya que el 80 por ciento afirma haber utilizado este canal online, aunque le sigue de cerca la consulta al médico (77%) y, en menor medida, la consulta al farmacéutico (46%). Según se desprende de la encuesta ‘El rol de Internet en el proceso de consulta de Información sobre Salud’, ante una necesidad concreta sólo el 21 por ciento acudió al especialista, frente al 65 por ciento que prefirió consultar la red. El motivo es la mayor accesibilidad, comodidad y rapidez que ofrece este canal.
“Los pacientes están evolucionando, son menos pasivos y cada vez más activos, sobre todo es bueno para ellos, pero es un desafío porque se trata de un paciente informado, que negocia mejor con su enfermedad, aunque también es un cliente más exigente”, ha explicado Juan José Francisco Polledo, director de la Unidad de Acceso y Relaciones Institucionales de Pfizer, compañía que ha realizado el estudio.
No obstante, la encuesta demuestra que el canal de confianza para los usuarios sigue siendo el médico o el farmacéutico, de hecho, la red es un canal complementario de información.
El doctor Fernando Casado, especialista en la red, ha recordado que “el paciente no sólo demanda información, sino que acude a las consultas con información adquirida, principalmente de Internet”. “Internet es una oportunidad para el paciente pero no hay que olvidar que es una herramienta que no puede sustituir el necesario contacto físico entre médico y paciente”, ha añadido.
En este sentido, el 82 por ciento de los encuestados acude a la red buscando más información que la que tienen y en un 57 por ciento de los casos busca comprender mejor la enfermedad o los tratamientos. Solo el 10 por ciento confía en la web para decidir el medicamento más adecuado.
Asimismo, sólo un 29 por ciento utilizó Internet y no acudió al especialista, mientras que un 33 por ciento visito la red antes de la consulta y un 38 por ciento después de la consulta médica.
En cuanto a los motivos de la consulta, un 71 por ciento lo hizo por mera información; un 50 por ciento por enfermedad y un 36 por ciento por prevención; sin embargo la población acude al médico sobre todo cuando tiene alguna enfermedad o dolencia (86%) y como prevención (26%).
El problema es que los usuarios no tienen identificadas las web de referencia en salud. Solo el 3 por ciento accede gracias a la recomendación de un médico, y el 7 por ciento conocía la web, por el contrario un 96 por ciento accede a través de un buscador.
Asimismo, Wikipedia (63%) y los foros (52%) son espacios conocidos y utilizados por la mayoría de los usuarios; los blogs (38%), las paginas de las asociaciones médicas y de pacientes (26% y 25%, respectivamente) y de laboratorios farmacéuticos (14%), aunque se conoce su existencia, no han sido muy utilizadas por los usuarios a la hora de consultar sus dudas; y, finalmente, las redes sociales sólo son utilizadas por el 12 por ciento.
Pese al gran consumo que existe de páginas sanitarias, la mayoría de los encuestados desconfía de lo que lee, así solo un 43 por ciento afirma creerse el contenido que busca, siendo la fuente más fiable el médico (93%) o el personal de enfermería (84%).
Para Polledo el problema es que “no la utilizan para buscar algo concreto, sino que navegan o divagan por la red, acuden a los buscadores y a blogs, no buscan a las sociedades científicas, defensores de pacientes o web de la Administración”. “Lo ideal sería buscar la publicación concreta”, ha añadido.
En este sentido, la encuesta demuestra que el 30 por ciento de los usuarios cree que la información debería estar avalada por asociaciones médicas; por fuentes fiables (18%) y por entidades oficiales (12%).
El subdirector general de la Oficina del Defensor del Paciente de la Comunidad de Madrid, ha recordado que “la información que debe recibir el paciente debe ser de calidad”, en caso contrario “el paciente no podrá decidir voluntariamente sobre cuestiones que afectan a su salud”.
Por este motivo, ante el vacío legal que existe y la sobrecarga de información que hay en la red, el presidente de la Federación de Diabéticos de España, Ángel Cabrera, ha mostrado la necesidad de desarrollar un certificado de calidad que ayude a diferenciar la web cuyos contenidos sobre salud son seguros para el usuario.
“Debería haber identificación de calidad porque es beneficioso, ahorra dinero al sistema sanitario y genera calidad de vida”, ha explicado, al tiempo que ha solicitado al Ministerio de Sanidad el desarrollo de un sello o certificado que avale los contenidos en Internet.
La encuesta demuestra que los pacientes demandan que el médico les oriente en la red, pero apenas un 5 por ciento de los profesionales recomienda páginas en la consulta. “Es una realidad que Internet está empapando el tejido social y los médicos de familia no pueden cerrar los ojos a esa realidad, tenemos una gran oportunidad a favor de esta nueva corriente, puesto que una de las cosas que los pacientes demandan es orientación”, ha explicado Casado.
A su juicio, el papel del médico de Atención Primaria, además de su carácter asistencial, ahora debe ser también orientador dentro de la información que hay disponible para los pacientes, “para que la autonomía del paciente sea siempre con una información contrastada y fiable”.
No obstante, este trabajo requiere una implicación mayor por parte del especialista pues debe con antelación buscar aquellas páginas, blogs o plataformas que más pueden ayudar a cada paciente. Sin embargo, para Casado este trabajo es estimulante ya que es un nuevo modo de terapia, “la ‘blogterapia'” con la que también se consigue tratar al paciente.
“Podemos prescribir medicamentos, modificaciones, y también podemos prescribir enlaces a páginas de salud que nos permite prolongar el contacto con el paciente fuera del tiempo de la consulta”, ha añadido este experto que cuenta con más de 700 seguidores en su Twitter, el cual utiliza para estar en contacto con sus pacientes y aquellos que demanden información.