Egipto desapareció virtualmente de internet después de que Noor, el último proveedor del servicio que operaba en el país, apagara su presencia en la red, informó Renesys, una agencia de datos en línea. El apagón provocado por la autoridades ya está generando consecuencias a nivel cultural, económico e internacional. La Sociedad de Internet (ISOC, en inglés), una organización sin fines de lucro que marca los estándares de la red, criticó fuertemente la medida.
“Internet es un medio de comunicación global que apoya fundamentalmente oportunidades, da poder a los individuos, conocimiento, crecimiento y libertad. Estos valores no deben ser retirados de las personas”, dijo la organización al conocerse lo ocurrido.
“Obviamente si un gobierno bloquea todo el acceso a internet en su país, esa es una decisión muy seria y una grave intrusión en los derechos básicos de los ciudadanos a la comunicación. Si el bloqueo continúa tendrá un impacto muy dañino en la sociedad y la economía de Egipto”, agregó.
Consecuencias sociales y económicas
Desde el viernes 28 -cuando el gobierno ordenó a los proveedores cortar el servicio- hasta este martes por la mañana, todos los negocios egipcios que utilizan la red para operar se han visto afectados, así como las empresas que dependen de internet para comunicarse.
Los mercados de valores siguen con cautela lo que ocurre en Egipto.
El mercado de valores, que operaba a través de Noor, ya se encuentra fuera de línea después de que éste proveedor también desapareciera de la red.
Pero más allá de las consecuencias inmediatas, el apagón podría tener un impacto en la intención de las empresas internacionales de hacer negocios en Egipto.
Muchas de las compañías que recibieron la orden de desconectar la red son extranjeras, como la francesa Vodafone.
Los expertos creen que sin lugar a dudas la desconexión egipcia afectará el bolsillo de los ciudadanos y la conexión de negocios con el resto del mundo.
Pero además podría tener consecuencias sociales, sobre todo si se considera que para muchas personas -y algunos países- el acceso a internet es un derecho fundamental.
En 2010 el Servicio Mundial de la BBC realizó una encuesta a nivel internacional en la que preguntó a la gente si creía que internet debería ser un derecho fundamental. Cuatro de cada cinco personas contestaron que sí.
El 73% de los egipcios aseguraron, además, que se sentían seguros expresando sus opiniones en línea y el 76% afirmaron que disfrutaban utilizar las redes sociales.
55% de los encuestados aseguraron que no podrían arreglárselas sin internet.