La ciberguerra sería la nueva forma de enfrentamiento entre Washington y La Habana, según una serie de reportajes presentados por la televisión oficial cubana, en los que se denunciaron los intentos de crear redes de internautas para promover la disidencia.
Aparentemente, Estados Unidos estaría intentando crear plataformas de acceso satelital a internet para escapar al control del Estado cubano, además de apoyar a los blogueros opositores con equipamiento, dinero y entrenamiento en el envío de mensajes secretos.
Según la televisión cubana, esta ciberoposición estaría encabezada por clicYoani Sánchez, la bloguera que ha obtenido varios premios internacionales que Cuba ha denunciado como una forma de “blanqueo” del dinero que le entregan.
Los disidentes tradicionales parecen haber perdido el interés de los dos gobiernos.
Mientras que los diplomáticos de Estados Unidos los menosprecian en sus cables secretos, el gobierno de Raúl Castro les abre las cárceles para que salgan todos los que estaban presos.
Blogueros al banquillo
Hace algunos años, Yoani Sánchez inició un blog que observa la sociedad cubana con una mirada crítica y logró un impresionante tráfico, en su mayoría desde fuera de Cuba, ya que hasta hace poco no se podía abrir dentro del país.
- Los cubanos deben acceder a internet a través de cibercafés ubicados en los hoteles con precios que oscilan entre los US$6 y US$10 la hora.
En la actualidad, el blog se traduce a 18 idiomas y está asentado en Alemania.
Sánchez recibió varios premios, que en su totalidad le reportaron una suma cercana al medio millón de dólares, además de dispararle el número de ingresos.
Según las autoridades cubanas, ésta es la forma que ha encontrado Washington de financiar la operación sin evidenciar de dónde viene el dinero. Para confirmar esta apreciación, mostraron imágenes de Yoani en varios encuentros con diplomáticos de EE.UU.
También denunciaron que los blogueros recibieron entrenamiento en técnicas para el envío de mensajes secretos de parte de Robert Guerra, el jefe informático de Freedom House, una organización que recibe fondos de Washington para enviarlos a los opositores cubanos.
Todo esto lo enlazan con la condena del estadounidense Alan Gross, quien trabajaba para Washington y fue capturado por las autoridades cubanas mientras organizaba una operación millonaria para entrar al país equipos de comunicación satelital.
“Es difícil saber cuándo el gobierno cubano tuvo la primera percepción de que se desarrolla en su contra una ciberguerra, pero los cables secretos del Departamento de Estado, revelados por WikiLeaks, deben haberle dado algunas pistas”
En los reportajes se muestran, además, los envíos de antenas de internet camufladas como tablas de surf. Según la TV cubana, el proyecto es financiado por el gobierno de Obama a través de Freedom House y pretende crear una red clandestina de comunicación opositora, según la TV cubana.
La denuncia en este caso la hace la misma persona que recibía los equipos y se había convertido en el principal contacto de Robert Guerra en La Habana, aunque en realidad trabajaba para los servicios de inteligencia cubanos.
Es difícil saber cuándo el gobierno cubano tuvo la primera percepción de que se desarrolla en su contra una ciberguerra, pero los cables secretos del Departamento de Estado, revelados por WikiLeaks, deben haberle dado algunas pistas.
Los diplomáticos de EE.UU. acreditados en La Habana informaban que la mejor apuesta para el cambio son los jóvenes blogueros, porque la disidencia tradicional está aislada socialmente, dividida por personalismos y detrás del dinero.
Los blogs cubanos son muy políticos. Existen algunos como clicPaquito el de Cuba, dedicado al tema de la diversidad sexual, pero son la excepción de la regla. De alguna forma internet es un espacio copado por los militantes de una u otra causa.
La mayoría de los “ciberguerreros” son jóvenes bien preparados, pero políticamente muy polarizados.
Los blogueros cubanos se dividen en dos grupos: aquellos que dedican todo su tiempo y espacio a criticar cualquier cosa que haga el gobierno y los que utilizan la blogósfera para defender la revolución a capa y espada.
Ninguno de los “bloguerreros” aceptó ser entrevistado. Los revolucionarios que aparecen en el reportaje salían de viaje, no están localizables o no quieren meterse “en más candela”, mientras que Yoani Sánchez rechazó la entrevista porque está afónica.
En general, en ambos lados se encuentran personas jóvenes y bien preparadas pero con posiciones políticamente muy polarizadas por lo que reflejan una Cuba en blanco y negro, de paraísos e infiernos que sólo existen en realidad virtual.
Entre los cubanos de a pie estas “batallas” suenan poco, la mayoría no tiene internet, les resulta caro o temen el control. Pero el cable telefónico venezolano ampliará miles de veces la conectividad de Cuba y esa podría ser la razón por la que unos y otros “engrasan” sus blogs y webs para el combate.