La venta de My Space deja algunos cabos sueltos que obligan a reflexionar y recuerdan que, más allá de la burbuja en la que están creciendo, las redes sociales no siempre son el camino ideal para invertir. El sitio, que fue adquirido por la empresa del magnate de las comunicaciones Rupert Murdoch -News Corp- en 2005 por US$580 millones, dio la impresión de haber sido una ganga dos años después al convertirse en la página preferida de la que se conoció como la “generación MySpace”. Desde entonces, millones de “fieles” y nuevos internautas se han mudado a Facebook.
Los dos últimos años han registrado un doloroso declive, un desilusión, que ha impulsado la salida de los fundadores del sitio y el fracaso de diferentes estrategias que buscaban su salvación. Pese a la relación afectiva con su “bebé”, News Corp no tuvo más remedio que dejar ir a MySpace por sólo US$35 millones.
Esta aventura de seis años deja dos claras lecciones. Una es que el negocio de las redes sociales ofrece un éxito efímero que los dueños de Facebook, LinkedIn y Twitter deberían conocer para abandonar el barco mientras todo va bien.
“Esta aventura de seis años deja dos claras lecciones. Una es que el negocio de las redes sociales ofrece un éxito efímero que los dueños de Facebook, LinkedIn y Twitter deberían conocer para abandonar el barco mientras todo va bien”
El otro es que la compra de MySpace marca otro fracaso de Murdoch en internet.
Si uno analiza la historia de las redes sociales se puede apreciar que MySpace se trata de sólo un capítulo en la evolución de la idea. Viéndolo en retrospectiva, podría decirse que nació como una diversión.
Uno de los principales problemas de MySpace fue que surgió como un negocio creado por personas de la industria del entretenimiento, a diferencia de los obsesos de la informática que inventaron Facebook y Twitter, lo que terminó siendo un condicionante, ya que no pudo evolucionar tecnológicamente al mismo ritmo al que crecía.
Otro elemento fue la decisión de permitir que los usuarios fueran anónimos, adoptando cualquier identidad que quisieran. Esa estrategia funcionó al principio, pero cuando tus verdaderos amigos comenzaron a aparecer con sus verdaderos nombres en Facebook, millones de personas decidieron que
Después del tumulto de los primeros años, cuando fueron apareciendo Friendster, Friends Reunited y MySpace, el mercado de las redes sociales parece haberse estabilizado.
El mundo eligió Facebook, pero sitios como LinkedIn y Twitter consiguieron su lugar ofreciendo servicios a la medida -negocios y noticias rápidas- que atraen a determinadas comunidades de usuarios. En lo que MySpace se ha convertido es en una plataforma para músicos y aficionados a la música, y si hubiera aparecido ahora habría tenido muchas posibilidades de haber triunfado en un nicho.
Después de adquirir MySpace en 2005, cuando el sitio daba sus primeros pasos, los nuevos dueños percibieron rápidamente que la base del modelo de negocio iba a ser la publicidad. El acuerdo de US$900 millones con Google para colocar anuncios en el sitio cubría el costo de la compra.
¿Fueron los anuncios del alejamiento de los usuarios? No creo, después de todo la migración comenzó a pasar en 2008 y 2009, varios años después de que comenzara la comercialización de MySpace, y para ese entonces incluso Facebook incorporaba anuncios en su sitio.
¿Entonces Murdoch fue el que se equivocó? Estuvo en lo cierto al creer en 2005 que las redes sociales se convertirían en el gran fenómeno que son actualmente.
También estuvo en lo correcto al sellar el acuerdo con Google, que no sólo cubrió sus costos sino que además demostró que, en el futuro, internet se sustentaba en la industria de la publicidad.
Pero es posible que por una vez no fuera lo suficientemente despiadado y cuando los creadores de MySpace dieron el paso al costado ya se había perdido la batalla con Facebook.
El único consuelo para Murdoch para digerir su fracaso en las redes sociales surge de la caída de otro gigante de las comunicaciones.
AOL compró el sitio Bebo por US$850 millones en 2008. Dos años más tarde lo tuvo que vender por menos de US$10 millones. Eso se puede llamar un mal negocio.