Un proyecto sobre el impacto de las redes inalámbricas en las ciudades da como resultado espectaculares imágenes de lo invisible gracias a la técnica del light-painting. Se trata de una técnica fotográfica que utiliza la oscuridad y una fuente de luz artificial combinadas con un tiempo de exposición muy largo, de manera que la cámara pueda captar los destellos sin necesidad de que aparezca su origen en el encuadre.
Timo Arnall, Jorn Knutsen y Einar Sneve, diseñaron su propia fuente, una barra de cuatro metros de alto con 80 bombillas capaces de iluminar las secciones transversales de la señal Wi-Fi y convertir así, lo invisible en real.
Todo un ejercicio creativo inspirado por el trabajo ‘Inmaterials: The Ghost in the Field’ que en 2009 sometió a estudio los RFID (identificación por radiofrecuencia), la comunicación invisible entre dos objetos puesta al descubierto, ayudó entonces a comprender mejor las carencias y propiedades del sistema.
Este grupo de diseñadores recorre algunas calles de Oslo durante el mes de diciembre de 2010 con la intención de investigar el comportamiento de señales como el Bluetooth, Wi-Fi, 3G y GSM.
El resultado es un mapa de señales inalámbricas que representan la ‘ciudad conectada’, una manera de atraer a la realidad mundos que creíamos exclusivamente virtuales u ocultos.
En las fotografías se aprecian las diferencias entre las redes domésticas y las de edificios públicos, más potentes. Visualizar el radio de acción de las ondas permite plantearse una utilización más eficiente de los recursos y aprovechar lugares públicos donde ‘vemos’ que hay conectividad como nuevos lugares de trabajo.
Una de las conclusiones de este curioso estudio es la poca homogeneidad de la red, saltos, rupturas y distinta intensidad que ponen de manifiesto un despliegue muy desigual de las conexiones. La posibilidad de ‘ver’ estos campos de influencia es una puerta más a la eficiencia tecnológica y a una mejora en el aprovechamiento de los recursos, que le hace falta al planeta.