
Entre los problemas graves que afectan la seguridad de la información están los relativos a estafa, robo de identidad, uso del correo electrónico, funcionamiento y detección de “botnets”, entre otros. Para lo cual se aconseja adoptar todas las medidas a su alcance para evitar ser víctima del accionar de los ciberdelincuentes.
Un antecedente a esta fecha se encuentra en el año 1980 cuando James P. Anderson escribe un documento titulado ‘Computer Security Threat Monitoring and Surveillance’, donde se da una definición de los principales agentes de las amenazas informáticas como “ataque” o “vulnerabilidad”.