La adicción a estos dispositivos puede ser más riesgosa, porque se trata de un comportamiento socialmente aceptado; no sólo muestra un estatus de poder, sino que al individuo le cuesta más reconocer su problema. Aunque estos teléfonos son una herramienta útil que favorece la productividad, su uso excesivo puede deteriorar las relaciones interpersonales, afectar el rendimiento académico y laboral y hasta causar accidentes.
Cómo sé si soy un adicto a estos teléfonos
Una conducta es adictiva cuando se lleva a cabo con mayor intensidad o frecuencia que el promedio de la población.
A este signo hay que sumar la angustia por la abstinencia al consumo; es decir, quedarse sin batería o sin minutos, no tener señal o no poder usar el celular (cine, teatro, iglesia) puede generar cuadros de ansiedad en el usuario, que con desespero busca recuperar la comunicación.
Así actúa un adicto…
Lo primero y lo último que hace en el día es revisar el celular y tiende a usarlo en lugares poco comunes, como el baño; aprovecha altos en el tráfico para leer mensajes y responderlos; lo trae en la mano todo el tiempo y presiona, en forma compulsiva, las teclas para verificar si sonó; no se despega del teléfono para que nadie lo toque; tiene la falsa sensación de que suena o vibra, y no puede imaginar un día sin este dispositivo.
Qué contribuye a esa adicción
La presión social es un factor clave: la necesidad de aceptación, de aparentar ser importante y una alta sociabilidad cuentan al igual que un trabajo muy demandante, que requiera estar disponible siempre. En cuanto a lo social, una baja capacidad de interactuar cara-cara fomenta la adicción de manera virtual; es decir, la persona prefiere estar “conectado” a convivir con los otros.
Cómo afecta la vida
En el plano académico y profesional, este tipo de adicciones conlleva una pérdida valiosa de tiempo y se cometen más errores por la falta de concentración en la tarea; se incrementan los problemas familiares, las discusiones y las infidelidades; se exacerban problemas como el estrés, las alteraciones de sueño y los problemas articulares y visuales.
Consejos para prevenir la adicción
1. Decida horarios y lugares en los que se “desconectará” de estos dispositivos: al salir de la oficina desentiéndase del correo y sólo use el teléfono; después de las 11 p.m. apáguelo (eso reduce la necesidad de estar todo el tiempo disponible).
2. Establezca actividades en las que el uso de estos teléfonos sea incompatible; hacer ejercicio (nadar, por ejemplo), es una.
3. Propóngase pequeños lapsos sin el teléfono para combatir la idea de que “si no estoy disponible algo puede pasar”.Comprobará, con el paso de ese tiempo, que nada pasó.
El uso de los celulares afecta la atención
Un estudio publicado en ‘New England Journal of Medicine’ sugirió que se prohíba el uso de teléfonos celulares mientras se conduce, como una medida de seguridad y de salud pública.
Según el Consejo de Seguridad de Estados Unidos, el 28 por ciento de los accidentes de tránsito en ese país (1,6 millones al año) involucra el uso de celulares.
Otro trabajo, citado por la misma publicación, encontró que enviar mensajes de texto mientras se conduce eleva 23 veces el riesgo de sufrir accidentes de esta clase. Una investigación, en ‘Science’, encontró que la capacidad del cerebro para hacer más de dos cosas a la vez es limitada.
Muy bueno! Escribi un articulo parecido recientemente: http://enmanuelalcantaraalfonce.blogspot.com/2010/07/la-adiccion-al-blackberry.html