Los teléfonos inteligentes se están volviendo cada vez más sabios, pero es poco probable que logren burlar a los cibercriminales, que cada vez más apuntan hacia el mercado móvil.
Hace unos días el “Android Market”, la tienda de aplicaciones para el sistema operativo de Google, clicrecibió cerca de 60 aplicaciones maliciosas.
Se cree que causaron poco daño -más allá de haber afectado la reputación de Android-, pero el incidente puso de nuevo la seguridad de los celulares bajo los reflectores.
Los teléfonos son atractivos para los criminales porque esencialmente son minicomputadoras con algunos importantes añadidos.
Es algo personal
“Los teléfonos tienen acceso directo a libretas de direcciones, calendarios y ofrecen la posibilidad de generar ganancias”, dice Ian Fogg, analista de la empresa de investigación Forrester.
El tipo de datos personales que se almacenan en uno de estos dispositivos abre una gran puerta para el crimen preferido de los defraudadores: el robo de identidad.
Muchos criminales buscan datos personales en los teléfonos celulares.
Sin embargo, se puede obtener un ingreso inmediato a través de los llamados programas de marcado deshonestos, aquellos códigos maliciosos que son capaces de realizar llamadas, sin que se entere el dueño del aparato.
Se trata de “la amenaza número uno” para los teléfonos inteligentes, según Graham Titterington, analista de la firma de análisis Ovum.
“Los programas deshonestos enlazan al teléfono con una número premium que pertence a un criminal en otro país”, explica.
Pero piensa que no es un problema insuperable.
“No puedo entender porque los operadores del servicio simplemente cortan los pagos; así el problema desaparecería. Pero este tipo de cooperación internacional parece no estarse efectuando en estos momentos”, asegura Titterington.
Escenarios de pesadilla
La cercana relación entre teléfonos inteligentes y ubicación también representa un riesgo, pues las aplicaciones maliciosas pueden rastrear a la persona en cualquier momento.
“Incluso podría utilizarse para saber cuando alguien no se encuentra en casa”, dice Fogg.
Aunque suenan alarmantes, estos escenarios de pesadilla no son una realidad, al menos por el momento.
“Hasta ahora no ha habido un impacto perjudicial en los consumidores”, afirma Ben Wood, analista de la empresa CCS Insights.
“Llegará el día en el que habrá una catastrófica falla de seguridad y entonces la gente comenzará a tomárselo más en serio”, añadió.
En todas partes
Android podrá haber acaparado los titulares, pero todos los sistemas operativos para celulares han recibido algún ataque.
Hasta la fecha, la mayoría de las fallas de seguridad del iPhone le han ofrecido a sus usuarios la posibilidad de librarse del control de Apple, algo que les permite instalar software no aprobado por la empresa.
“Estos hacks suelen ser mencionados como algo positivo, pero desde el punto de vista de la seguridad son una auténtica pesadilla”, dice Fogg.
Además de Android y el iPhone, también los teléfonos Nokia y BlackBerry han sufrido ataques.
Varios errores han permitido explotar debilidades en los teléfonos liberados.
Todo inició con un gusano informático inofensivo que cambiaba el fondo de pantalla del teléfono a una foto del músico británico Rick Astley, pero unos meses más tarde aparecieron otros gusanos que se aprovechaba de quienes usaban desde su dispositivo los servicios bancarios de ING.
Los teléfonos BlackBerry y Nokia han sido el blanco de una versión móvil del virus troyano Zeus. Las víctimas eran dirigidas a una sitio web falso que descargaba una aplicación que robaba sus datos bancarios.
Y ese tipo de ataques podrían incrementarse, dice Alex Vaystikh, investigador de la empresa de seguridad RSA.
“No siempre puedes ver toda la pantalla y es más fácil hacer clic en las cosas en las que uno no lo haría en la computadora”, asegura.