Una de las consecuencias del deplorable estado en que está la educación en la República Dominicana es que el número promedio de libros leídos por persona es bajísimo, no sólo en comparación con naciones desarrolladas, sino también respecto de otros países latinoamericanos. Nuestro nivel se compara más bien con el de las naciones más retrasadas de África.
Se podría esperar que los libros transmitidos electrónicamente en formato digital, por su menor costo, ayudaran a mejorar la situación, pero hay dudas al respecto.
El formato digital comenzó a usarse para los manuales de programas informáticos, y se extendió a obras de consulta, como enciclopedias y otras, por la facilidad de buscar temas, saltar a asuntos vinculados y tener en unos cuantos discos lo que antes requería de muchos volúmenes. El medio utilizado era el CD, seguido luego por el DVD. El libro, hasta ese momento, seguía siendo un objeto físico, sólo que un disco en lugar de un tomo de papel.
El medio digital evolucionó con la difusión y mayor velocidad del internet. El libro electrónico, descargable directamente a equipos lectores, carece ahora de individualidad física y está avanzando en el mercado. 15% de los libros vendidos este año en los Estados Unidos son electrónicos, liderados por Amazon y la cadena Barnes y Noble. Cinco son sus ventajas: menor costo, amplia disponibilidad de títulos, rapidez de descarga, portabilidad y ahorro de espacio.
Contrario a lo que se anticipaba, los libros más vendidos no son los científicos ni las obras literarias clásicas, sino los de aventura, misterios, romance y ciencia ficción. Además, no han tenido gran impacto en hacer que personas no lectoras se conviertan en lectores. Su crecimiento ha sido a expensas de los libros de papel.
Ese hecho hace temer que el libro electrónico no sea de gran ayuda para la RD, pues aquí el problema no está en cómo leer, sino en que la gente no lee.