Sean Gustafson desbloquea su iPhone deslizando su dedo por la pantalla táctil y carga una clave de cuatro dígitos en su teclado. Todo esto suena muy natural excepto por un pequeño detalle: no hay ningún teléfono en su mano. En su lugar, Sean presiona partes de la palma de su mano como si fueran botones imaginarios para operar un teléfono imaginario y de manera sorprendente, funciona. Sean Gustafson y sus colegas Patrick Baudisch y Christian Holz trabajan en el Instituto Hasso Plattner, en la Universidad de Potsdam, Alemania en un proyecto muy ambicioso denominado Interfaces Imaginarias. El teléfono imaginario es una de las apuestas fuertes de estos investigadores. Entérate además, la influencia de Kinect en todo esto.
Imagínate que no puedes encontrar o usar el teléfono móvil cuando éste empieza a sonar. Tal vez se te ha caído en las profundidades del sofá, o tienes las manos mojadas, o sucias. Para no atender la llamada y enviarla al servicio de mensajería, imagina ahora que presionas el área de la palma de una de tus manos, en la posición del botóncorrespondiente, tal como si hubieras tenido el teléfono en tu mano. O puedes pulsar los botones para contestar la llamada y activar el altavoz, si el aparato telefónico está cerca, ¿por qué no? La idea puede sonar algo extraña, pero Gustafson y sus colegas entienden que hay un vacío en el mercado de los teléfonos móviles y del modo en que existen los mandos a distancia de TV, debiera existir una interfaz entre el usuario y el teléfono móvil cuando éste tiene su equipo en algún lugar cercano pero con la imposibilidad de tenerlo en sus manos.
Para saber qué tan bien la gente conocía a sus teléfonos con pantalla táctil moderna, el trío de Potsdam reclutó a 12 voluntarios de entre muchos usuarios de iPhone dentro de una cafetería e intentaron saber lo bien que estos usuarios conocían las posiciones de sus aplicaciones más utilizadas, sin tener el aparato en sus manos. “Hemos encontrado un 68% de usuarios de iPhone que podrían localizar la mayoría de sus aplicaciones en una pantalla principal “virtual” ubicada en la palma de su mano. Esto significa que usar eliPhone sin darse cuenta, sin necesidad de mirarlo, prepara a los usuarios para el uso de una versión imaginaria“, dice Baudisch. Después de haber establecido esta razonable posibilidad de éxito de encontrar la posición de una aplicación sobre la palma de la mano en las personas decidió utilizar “cámaras de profundidad” (similares a las utilizadas en el sistema de Microsoft Kinect y sus juegos de detección de movimientos) para detectar que alguien está ejerciendo presión sobre la palma de su mano.
La cámara de profundidad que utiliza en sus pruebas, irradia un patrón de rayos infrarrojos invisibles en la escena y utiliza circuitos receptores ultrarrápidos para medir el tiempo que tarda la luz, que abarca las diferentes partes de la escena, en ser devuelta a un sensor. De esta forma, sabe hasta qué punto todos los objetos entran en la escena dela cámara y cuando el usuario presiona con un dedo su palma, registra dónde y cuándo lo hace. La señal es enviada a una computadora que procesa y envía el comando correspondiente al teléfono móvil. Durante las pruebas, la cámara de profundidad ha sido un dispositivo improvisado y precario ubicado sobre la cabeza del usuario, “pero en última instancia, nos imaginamos la cámara llegando a ser tan pequeña que se pueda integrar en prendas de vestir, tales como en los botones de una camisa, en un broche o en un colgante. De este modo, la gente no se dará cuenta si alguien lleva un teléfono imaginario“, afirmó Baudisch.
La evolución de las interfaces en los teléfonos móviles
Las previsiones indican que los usuarios utilizarían inicialmente los teléfonos imaginarios como un acceso directo para operar los teléfonos físicos ubicados en sus bolsillos. Así como ya no sorprende a nadie ver a las personas hablando solas en la calle, cuando en realidad están hablando por teléfono, tampoco será extraño observarlas escribiendo con sus dedos sobre las palmas de sus manos respondiendo algún SMS o atendiendo llamadas. ¿Hasta donde crees que pueden expandirse las interfaces imaginarias? ¿Qué sucederá cuando se cruce en el camino con la Realidad Aumentada? Si creíamos que las interfaces táctiles eran el techo de la tecnología, a partir de esta investigación podemos estar seguros de que ya nada podrá sorprendernos.
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