Necesitamos mas espacio de almacenamiento. A medida que las cámaras disponibles en nuestros teléfonos móviles aumentan su resolución, y que los vídeos que compartimos cada día ocupan más espacio, la memoria interna de nuestros gadgets o la capacidad de nuestras memorias USB debe incrementarse proporcionalmente. La tecnología actual esté llegando a sus límites, y los investigadores están comenzando a experimentar con un nuevo tipo de memorias flash que utilizan grafeno junto al tradicional silicio para almacenar información. Mientras que las celdas de memoria tradicionales comienzan a ser inestables al alcanzar los 22
nanómetros, las basadas en la tecnología “híbrida” silico-grafeno podrían ser miniaturizadas hasta llegar a los 10 Nm.
Hace unas horas murió uno de los discos duros que utilizo, dentro de un case USB, para mover datos de un sitio a otro. Era un Western Digital Scorpio Blue de 2.5 pulgadas y 320 GB que había comprado en 2009, y lo primero que pensé fue “bueno, al menos no se rompió uno de los grandes”. Al igual que muchos lectores de Neoteo, tengo discos con 6 veces esa capacidad, y no he tenido que vender un riñón para comprarlos. Sin embargo, hace solo 10 años la capacidad de un disco típico era de unos 40GB (o incluso menos) y un disco como el Scorpio Blue hubiese sido considerado una maravilla. La industria informática duplica el tamaño de los dispositivos de almacenamiento de los ordenadores cada 2 años aproximadamente. Esto es válido tanto para discos duros como para la memoria RAM o la capacidad de las memorias flash. Y es en este ultimo segmento donde se están produciendo los avances más interesantes.
Las memorias flash son las que hacen posible artefactos como el iPhone, pendrives o los discos duros de estado sólido que tarde o temprano reemplazarán a los que hoy utilizamos. Cualquiera sabe que la capacidad de cualquiera de estos dispositivos ha aumentado constantemente desde que fueron introducidos en el mercado, pero no podrán hacerlo indefinidamente. Cada bit de información se almacena en una pequeña celda compuestas por un puñado de componentes electrónicos, y eso requiere de un cierto espacio. Utilizando silicio podemos reducir el tamaño de dichos componentes hasta alcanzar los 22 nanómetros. Más allá de eso, las celdas de memoria comienzan a ser inestables. Pero existen otros materiales, entre los que se destaca el grafeno, que permitirán ir bastante más allá, posibilitando memorias con celdas tan pequeñas como 10 nanómetros sin padecer ese problema.
Uno de los laboratorios que está explorando esta alternativa es el de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), donde un equipo de investigación que trabaja codo a codo con los ingenieros de Samsung ha desarrollado un nuevo tipo de memoria flash que combina el grafeno con el silicio para almacenar la información. El grafeno, como hemos explicado en otras oportunidades, es una alotropía del carbono, una estructura de teselas hexagonales en la que cada vértice posee un átomo de carbono. La incorporación del grafeno a las memorias que conocemos como “flash” abrirá la puerta a dispositivos con mayor capacidad de almacenamiento y un menor tamaño. “No estamos eliminando completamente el silicio al utilizar el grafeno, más bien estamos usando el grafeno como una ayuda que permita extender el radio de acción de esta tecnología”, dice Augustin Hong, de la UCLA. Además, desde el punto de vista eléctrico el grafeno requiere de menos energía para funcionar, por lo que las nuevas memorias serán “de bajo consumo”, algo sumamente positivo y que extenderá la duración de cada recarga de baterías. Las celdas construidas por estos científicos son capaces de almacenar datos por unos 10 años, más o menos lo mismo que prometen las memorias de silicio. Esperemos que lleguen pronto al mercado.