Los estudios de Hollywood tienen su mirada puesta en el negocio de la venta en línea de películas. Lo ven como el potencial sucesor de las ventas de DVDs, que alimentaron con cientos de millones de dólares anuales sus arcas en la última década y aún -aunque mucho menos- siguen generando ingresos.
Pero de acuerdo con un reciente reporte de la firma de investigación de mercado IHS Screen Digest, es posible que el futuro pruebe a esa esperanza como vana.
Hay dos formas fundamentales de distribución -legal- de películas en línea: la venta, que implica que el usuario descarga en algún dispositivo su filme elegido, para verlo cuando quiera, las veces que quiera; y el equivalente a un alquiler, mediante el que el usuario ve la película a través de internet, como si fuera un video de YouTube.
Para los estudios, la venta es la alternativa que genera mayores márgenes de ganancia. Dependiendo del mercado y del producto, puede ser entre dos y tres veces superior al del alquiler.
Según clic IHS Screen Digest, de los US$242,6 millones que generó el negocio de la distribución en línea fuera de Estados Unidos, US$140,3 millones correspondieron a ventas. Pero la mayoría de las transacciones fueron para ver películas a través de internet: 21,4 millones, de un total de 35,8 millones.
Y la firma pronostica que para 2015 la tendencia de los consumidores -que se repite en EE.UU.- de volcarse hacia esta última alternativa, más económica y conveniente, se acentuará.
“Los alquileres están funcionando, están aumentando; la parte preocupante es la de la venta”, le dijo a BBC Mundo Dan Cryan, uno de los autores del estudio.
Según su trabajo, el esquema de alquiler beneficia a consumidores y proveedores de servicio.
A los consumidores les resulta igual de cómodo alquilar que comprar en línea (en ambos casos están en su casa o tienen en sus manos sus dispositivos móviles, donde verán la película). Con los DVDs la comodidad de la compra es que permite verlo con tan sólo caminar unos pasos hasta el cajón donde esté guardado, mientras que para alquilarlo hay que ir a la tienda o esperar a que lo envíe el servicio de alquiler por correo.
En su estudio, Cryan también señala beneficios para los proveedores de servicio -quienes en definitiva distribuyen las películas en línea- como Apple, Xbox, Sony, etc. Para estos, el margen de ganancia que les toca de las ventas no termina de justificar ese modelo de distribución. De hecho, como explica el reporte, algunos directamente ya no ofrecen la opción de descarga (como el negocio británico de alquiler por correo LoveFilm, que también permite ver películas en línea).
Una alternativa sería hacer del alquiler algo más atractivo y exclusivo, para poder cobrar más.
Los estudios podrían ofrecer a los usuarios, por ejemplo, la posibilidad de ver una película en línea antes de que se estrene en las salas de cine a un precio especial.
Pero Cryan asegura que las voces del mercado “dicen que eso no está funcionando”. Y es que los consumidores no entienden por qué tienen que pagar varias veces más por ver una película que otras del catálogo en línea.
O sea, que los estudios deben seguir buscando formas de consolidar las ventas en línea.
Ultravioleta
Uno de los proyectos más ambiciosos en ese sentido es clic Ultraviolet, un incipiente sistema de distribución, desarrollado por un consorcio que incluye desde grandes estudios a empresas de soluciones de red, de celulares, de televisión, de venta de equipos electrónicos y otros sectores con intereses en capitalizar la distribución de productos culturales.
Ultraviolet prevé que los usuarios asociados puedan comprar un contenido y consumirlo como quieran en cualquier dispositivo registrado con el sistema.
Es la gran apuesta del mercado de cine por conseguir recuperar a los usuarios como compradores.
“Pero la experiencia de la música digital y los libros digitales como los del Kindle de Amazon muestran que lo que importa es ofrecer una vivencia satisfactoria a los usuarios”, aclara Cryan.
Eso implica elaborar una sólida infraestructura y una muy buena interfaz de usuario. El ejemplo que de Cryan es el de iTunes de Apple, que ha convertido a la empresa en la mayor vendedora de música.
Ese es uno de sus desafíos, el otro es la piratería. Y los intentos de los estudios por combatirla desde una estrategia de litigios legales no ha probado ser efectiva.
Los expertos, como Cryan, insisten en que la solución está en recuperar el interés de los consumidores desde propuestas que les ofrezcan una experiencia placentera.