Durante casi 15 años cientos de documentos y grabaciones generados durante los primeros años de Apple han estado durmiendo en un almacén de la universidad de Stanford. Aunque originalmente fueron seleccionados para crear el Museo Apple, el retorno de Steve Jobs a Cupertino en 1997 hizo desaparecer el proyecto y todos estos elementos fueron donados a la universidad de Stanford donde han acumulado polvo durante años. No en vano una de… las máximas de Jobs era no mirar al pasado.
Entre los objetos (que ocupan unos dos camiones de mudanza) se pueden encontrar libros, software, vídeos y materiales de marketing que hoy conforman el núcleo de la colección de Stanford Apple. Destaca una entrevista en vídeo a Steve Wozniak y Steve Jobs de hace unos 35 años donde recuerdan cómo surgió el nombre de la empresa ”Recuerdo que cuando iba por la autopista 85,” dice Wozniak. ”Estamos en la autopista, y menciona a Steve, ‘Tengo un nombre:. Apple Computer’ Seguimos pensando en otras alternativas a ese nombre, y no podía pensar en nada mejor. ”
La colección también incluye miles de fotos inéditas de los principios de Apple, los planos de la primera computadora Apple, manuales de usuario, anuncios en revistas, comerciales de televisión, camisetas y los borradores de los discursos de Jobs. También los registros financieros manuscritos que muestran las primeras ventas del Apple II y en general múltiples documentos históricos de una empresa que nació en un garaje de Silicon Valley y se convirtió en un gigante de la tecnología mundial. Un auténtico descubrimiento tecno arqueológico del cual seguramente veremos muestras próximamente y que está guardado en un almacén en las afueras de la Bahía de San Francisco cuya localización no ha sido desvelada.