Todo empieza cuando Microsoft hace pública su intención de adquirir Skype. El acuerdo, cerrado por 8,500 millones de dólares se convierte entonces la pesadilla de Cisco y su lucrativo negocio de videoconferencias.
Es por eso que decide presentar un documento frente a la Comisión Europea intentando bloquear el movimiento, alegando competencia desleal.
Las autoridades dieron finalmente luz verde a la compra.
Tras dejar atrás los obstáculos interpuestos por Cisco, parecía que los de Redmond no tenían muy claro qué hacer con la compañía adquirida. Tras un año y medio Microsoft mueve ficha: es muy probable que Skype sustituya a Windows Messenger y ya se ha ganado un hueco en el recién estrenado ecosistema Windows 8.
Ante este panorama, Cisco ha decidido iniciar otra ofensiva. El gigante estadounidense ha hecho público un estudio (que ha financiado) en el que se alerta de los peligros de Skype.
Resumiendo: la lectura general sugiere que Skype no utiliza los mismos estándares de vídeo y audio que utiliza Cisco y que por tanto, son incompatibles. Una obviedad tratándose de dos empresas que compiten en el mercado, que luchan por ampliar su base de usuarios y que molesta a Cisco.
“Los clientes empresariales se verán obligados a usar los productos de videoconferencia de Microsoft para acceder a los 200 millones de usuarios activos de Skype”, dice el informe. ¡Eureka!
El documento adopta un tono más crudo cuando se afirma que las herramientas como Skype no permiten a las empresas acceder a sistemas “que ofrecen servicios sanitarios o de formación laboral a través de vídeo remoto”, como recoge Business Insider.