En una llamada en conferencia de 2010, Jobs se despachó contra un posible iPad mini. En esa conversación, señaló que una tablet de 7” brindaba solamente una fracción de lo que ofrecía el iPad tradicional, de 10”.
Según afirmó en ese momento, una pantalla de ese tamaño no se justificaba debido a que no representaba una mejora considerable respecto de los smartphones y las tabletas que la competencia ya tenía.
De esos comentarios ya pasaron casi dos años, durante los cuales Apple, a pesar de la muerte de su fundador, continuó con los avances en su tableta.
Con esos avances, muy probablemente, hoy podría resolver las dificultades tecnológicas asociadas a una pantalla de menor tamaño, como la densidad de píxeles necesaria para mostrar correctamente las imágenes en la pantalla.
Sin embargo, ya en 2010, Jobs se adelantó a ese supuesto y señaló que no se trataba únicamente de la cantidad de píxeles en la pantalla.
“La razón por la cual no haremos una tableta de siete pulgadas no es porque no queremos alcanzar un punto de precios inferior. Es porque creemos que la pantalla es demasiado chica como para expresar el software. Como una empresa que se centra en el software, pensamos en esas estrategias primero”, dijo el fundador de la empresa de la manzanita.
Esas tablets, según la descripción de Jobs, solo servirían si trajeran una lija para limarse los dedos hasta llegar a un cuarto de su tamaño, debido a que la pantalla de 7” sería muy pequeña como para hacer las gestualidades digitales que permiten mover, agrandar o achicar los elementos.
Por una parte la densidad de píxeles ha sido mejorada considerablemente, especialmente con el Retina display, que incluye el iPad 3, presentado en marzo de este año; sin embargo, es cierto que los dedos se mantienen del mismo tamaño.
Por otra, hay un factor que puede tener mayor impacto que las cuestiones relativas a la tecnología, que es la entrada de nuevos competidores en el mercado de las tablets de menor tamaño.
Amazon presentó su exitosa Amazon Fire, de 7”, el año pasado. Y la semana pasada, Google presentó Nexus 7 en su conferencia I/O, su primera tablet, también de 7”, construida por Asus, que costará u$s199 en los EEUU.
Con esta ampliación del mercado de tabletas, quizás Apple sienta que, finalmente y después de incontables rumores, está lista para lanzar su iPad mini.
Rápidos de reflejos, los ejecutivos de Apple ya están pensando en una manera de contrarrestar el golpe de mercado que Google dio con el anuncio del lanzamiento de su primera tablet. Los rumores indican que la firma de la manzana se prepara para sacar un nuevo iPad más chico y más barato, con una pantalla inferior a las 8 pulgadas, cuando la actual es de 9,7. Steve Jobs, ex CEO de la compañía, se había mostrado en contra del desarrollo de un iPad mini. “La razón por la cual no haremos una tableta de siete pulgadas no es porque no queremos alcanzar un punto de precios inferior, sino porque creemos que es demasiado chica como para expresar bien el software, algo central en nuestra estrategia”, había asegurado en una conferencia realizada en 2010.“Los abastecedores asiáticos de componentes para Apple ya se aprestan a una producción masiva, en septiembre, de una computadora con pantalla más pequeña”, informó el Wall Street Journal, publicación que citó a altos funcionarios pero sin revelar nombres. El artículo agrega que el lanzamiento podría permitir a la empresa tecnológica mantenerse en posición dominante en el mercado de las tablets, cada vez más duro tras el reciente ingreso del grupo coreano Samsung y los estadounidenses Amazon, Microsoft y Google. El portal Cult of Mac detalló que el nuevo iPad costaría 250 dólares, igualando al dispositivo touch de Google y acercándose a los 199 dólares que cuestan el Kindle Fire y el Nexus 7.Jobs había sostenido que la idea del iPad mini no se justificaba debido a que no representaba una mejora considerable respecto de los smartphones. Además, según su descripción, solo serviría si “trajera una lija para limarse los dedos hasta llegar a un cuarto de su tamaño” para poder usarlos en pantallas chicas. Sin embargo, según el analista de Bloomberg, Shaw Wu, ahora el movimiento sería “la peor pesadilla para la competencia”.