El Estudio Mundial de Piratería de Software 2011 muestra que Latinoamérica sigue siendo un mercado dominado por la piratería. Según las cifras, develadas este martes por la Business Software Alliance (BSA), el 61% del software vendido en la región el año pasado es ilegal. El valor de esos programas en el mercado legal, añade el estudio, sería de 7.459 millones de dólares.
Aunque la proporción de software pirata disminuyó el 3% con respecto a 2010, cuando fue del 64%, su valor comercial en 2011 sí aumentó en comparación con el año anterior, cuando llegó a 7.030 millones de dólares.
De acuerdo con el estudio, el país más pirata de la región es Venezuela, donde el software no legítimo representa el 88% y valdría 668 millones de dólares en el mercado ilegal. Colombia y Brasil son los países con menor proporción de piratería, con 53%. Sin embargo, debido al tamaño desigual de los mercados de los dos países, el valor de los programas pirateados varía: mientras en Brasil las empresas dicen que dejan de percibir 2.848 millones de dólares, la cifra en Colombia solo llega a 295 millones de dólares. En Perú, el índice de piratería es del 67% y su costo es de 209 millones de dólares.
A nivel global, el índice de piratería es del 42%, y su costo en el mercado legal llegaría a 63.456 millones de dólares. El país más pirata del mundo es Zimbabue, donde el 92% de todos los programas informáticos es ilegal. Así mismo, el país donde esta actividad es más costosa es China, donde el valor legal de los programas pirateados llegaría a 8.902 millones de dólares.
El estudio también hizo un perfil demográfico de los ‘piratas’: normalmente son hombres jóvenes, y es dos veces más probable que vivan en un país emergente. Además, según la investigación, los “ejecutivos de importancia admiten piratear software con más frecuencia que otros usuarios” y copian con mayor frecuencia una sola licencia de un programa en varios equipos.
Además, la mayoría de ellos dice que no corre riesgo de ser descubierto. Solo el 20% de los piratas de los mercados maduros, y el 15% de los que están en mercados emergentes, asegura que la posibilidad de que las autoridades los identifiquen y capturen es una razón para dejar de piratear.