En República Dominicana solo el 35% de las jefas de hogar usan la computadora, según la última Encuesta Nacional de Propósitos Múltiples (Enhogar), de la Oficina Nacional de Estadística (ONE).
El informe señala que solo el 38% de los hogares con mujeres a la cabeza de la familia tienen acceso a las Tecnológias de Información y Comunicación (TIC), mientras que en los hogares con el hombre como cabeza de familia el nivel de acceso es de 62%. La brecha aumenta cuando los hogares son encabezados por mujeres con un menor nivel de educación, desempleadas o envejecientes.
La distribución porcentual del empleo en el sector TIC en 2009 era un 67% para el hombre y un 33% en la mujer, según la Encuesta Nacional de Fuerza de Trabajo del Banco Central.
La brecha digital de género se entiende como la diferencia de puntos entre sexos respecto a los principales indicadores de uso las TIC.
Los estudios muestran que el hombre hace más uso del Internet, tiene conocimientos técnicos profundos, hace manejo avanzado de la red y de sus aplicaciones o ejercen autoridad.
La Estrategia Nacional para la Sociedad de la Información 2005-2010 (e-Dominicana), que fue creada por la Comisión Nacional de la Información y el Conocimiento (CNSIC), señala que uno de los factores que influye en la brecha digital de género es la responsabilidad del trabajo doméstico y, en general, los roles atribuidos por la división sexual del trabajo; en especial el cuidado de los hijos menores, enfermos, personas con discapacidad y de los adultos mayores.
Indica que las mujeres dedican dos terceras partes de su tiempo (67%) al trabajo no remunerado en el hogar y cuidados familiares, mientras que los hombres solo le destinan el 31%.
Un 84% de las responsables de las tareas del hogar son mujeres, y las más pobres y las más jóvenes con hijos son las que deben dedicar más tiempo a los trabajos no remunerados.
Esto afecta el desarrollo de las capacidades de las mujeres en lo personal y su participación política y social, apunta la e-Dominicana.
Otro elemento que dificulta el acceso y uso de la tecnología es la edad, según el estudio de Enhogar en 2007. A partir de los 20 años el acercamiento y manejo de la tecnología va disminuyendo. De 20 a 24 años era de 19.7% y de 25 a 29 se redujo a un 16.7%, hasta los 60 años y más que solo fue de un 1.0%.
También señala que la falta de infraestructura básica de conectividad, especialmente en zonas rurales, y los altos costos de las TIC, es otro factor que para las mujeres es más restrictivo, dada su mayor limitación de recursos.
E-Dominicana indica que la menor incorporación de las mujeres al mundo del trabajo y/o su inserción en puestos de menor categoría, el analfabetismo y la ausencia de capacitación en el uso de las TIC, influyen en la expansión de la brecha digital de género. Además de la escasa familiarización con los idiomas predominantes en Internet, como el inglés, la carencia de contenidos e informaciones adaptados a los contextos geográficos y culturales de las mujeres y la limitada oferta de centros comunitarios o telecentros públicos.
Los estudios muestran que hay muy pocas mujeres en casi todas las carreras de ingeniería.
En ingeniería electromecánica el sexo femenino es representado por un 6% y los por los hombres en un 94%, así también en informática el 60% del sexo masculino estudia esta carrera y la mujer en un 40%.
Indica, sin embargo, en ingeniería química se mantiene un balance con un 50% de ambos géneros, pero en agronomía la mujer se mantiene ausente y el hombre lo estudia en un 100%.
En la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI), realizada en Túnez en 2005, se analizaron algunas de las oportunidades que la sociedad de la información, y de manera particular las TIC, brindan a los países y a las personas para su desarrollo social y económico.
Entre los beneficios se encuentran:
Mayor transparencia en las administraciones públicas y los procesos democráticos, mejorando la eficiencia y fortaleciendo las relaciones con los ciudadanos.
Más posibilidades de alcanzar la enseñanza universal.
Mejores condiciones para el aprendizaje continuo, en especial para las personas adultas y jóvenes que están fuera del sistema educativo oficial.
Más oportunidades para el perfeccionamiento profesional.