Instagram acaba de ser vendido por 1,000 millones de dólares a Facebook. La cifra ha dejado al mundo de las nuevas tecnologías sin aliento, la app estuvo casi 24 horas siendo durante algunos momentos trending topic en Twitter y muchos son ya los que han hecho listas de los millonarios que dejará esta operación. Pero la venta de Instagram no ha sido la única que ha conseguido enriquecer a los desarrolladores: las empresas se ven tentadas por aquellas que han alcanzado el éxito y no dudan en abrir de chequera para desembolsar cantidades más impresionantes por ellas.
Estos son algunos de los movimientos que han protagonizado el mercado:
Instagram. Es la compra del año, posiblemente. Facebook ha pagado 1.000 millones de dólares por una firma sin ningún modelo de ingresos claro (todo el producto era de acceso gratuito y libre de publicidad) pero con una base de usuarios muy elevada y con una marca muy poderosa (los usuarios de Android podrían haber protagonizado una revuelta si Instagram no hubiese llegado a su SO). A Facebook le permite posicionarse con fuerza en el mercado móvil y sobre todo hacer una demostración de fuerza en el camino a la salida a bolsa.
Draw Something. La anterior compra del año. Zynga se hizo con OMGPOP, la desarrolladora de este juego para móviles, una sencilla aplicación al estilo de Pictionary que puede ser descargada de forma gratuita o de pago (eliminando así los anuncios y consiguiendo mejorar la paleta de dibujo), por unos 200 millones de dólares, según los rumores recogidos por la prensa estadounidense. Según los datos que aportaba en la nota de prensa de la venta Zynga, la semana anterior al anuncio se habían realizado 1.000 millones de dibujos en la aplicación.
Gowalla. Facebook compró el servicio de geolocalización a finales de 2011. No se sabe el precio que pagó por el servicio, aunque había conseguido en su última ronda de financiación 8,4 millones de dólares (por lo que valía más que eso). La vida de Gowalla dentro de Facebook fue breve: el servicio cerró su puertas a los tres meses de la adquisición.
Dodgeball. La prehistoria de los servicios de geolocalización: Google la adquirió en 2005, fichando así a sus fundadores Dennis Crowley y Alex Rainert. Permitía descubrir qué te rodeaba y saber qué estaban haciendo tus amigos, aunque – como muy graciosamente explican en una noticia de la época – no tenía nada que ver con Friendster, la prehistoria de Facebook. ¿Cuánto pagó Google por la firma? No se sabe, aunque la vida de la app dentro de Google fue escasa. Falleció en 2009. Crowley dejó su trabajo en Google y volvió a intentarlo. El resultado es Foursquare, otra app que si se vende lo hará muy bien.
Dopplr. Nokia pagó posiblemente 20 millones de dólares por la compañía que estaba detrás de este servicio, una red social de viajes a la que se podía acceder desde el teléfono móvil y que era una de las grandes promesas de la escena emprendedora británica. La adquisición se cerró en 2009 y permitió a sus desarrolladores llevarse un pellizco, aunque el producto, como le pasó a Dodgeball, languideció tras la compra. Un año después, un artículo en The Guardian hablaba de la ‘muerte lenta’ del producto.