Según han publicado diversas agencias de seguridad norteamericanas, los cibercriminales podrán beneficiarse de la menor frecuencia en la actualización de las bases de datos públicas de los proveedores de direcciones IPv6.
El FBI, la Agencia Antidroga y la Policía Montada de Canadá han declarado que la llegada del protocolo IPv6 presenta problemas para la seguridad, ya que con él será más complicado averiguar la identidad de los usuarios que cometen una actividad delictiva.
El problema reside en que los organismos encargados del registro de direcciones IPv6, como es el caso de ARIN, solamente asignarán nuevos bloques de direcciones cada 10-15 años en lugar de hacerlo cada varios meses, como sucede con IPv4.
Ante ese panorama, los expertos creen que los proveedores de acceso a internet no tendrán necesidad de mantener sus entradas en el registro Whois actualizadas con demasiada frecuencia.
Una solución para ese problema podría ser obligar a los proveedores de acceso a internet a mantener actualizadas las bases de datos públicas de sus IPscon frecuencia, una medida que ayudaría a las agencias de seguridad a localizar con mayor facilidad a los cibercriminales.