La estadounidense Apple ha patentado una forma de registrar el pulso cardiaco en sus dispositivos móviles. Aunque no es la primera en hacerlo, el movimiento apunta a distintas aplicaciones que ampliarían tanto las capacidades como la seguridad de futuros terminales iPhone.
El análisis del pulso cardiaco está considerado uno de los métodos de identificación biométrica más seguros. Es tan único como una huella dactilar y, en principio, no se puede le puede robar al dueño(aunque no está claro que no se pueda leer y replicar de artificial). El registro del ritmo del corazón, además, puede ayudar a medir el esfuerzo de una persona, así como lo saludable de sus hábitos.
Aunque la patente registrada por Apple no especifica qué utilidad le darán a esta tecnología –ni siquiera asegura que vayan a incorporarla en próximos modelos– parece un paso lógico en la evolución de los iPhone. El último modelo de la marca, el ‘5S’, incorpora un lector de huellas dactilares en el botón físico del terminal, que permite autentificar al usuario con el dispositivo. Si a esto se le suma la lectura del pulso cardiaco, las posibilidades de robo de identidad se reducen.
La identificación por el pulso no se basa en las pulsaciones por minuto –que varían constantemente–, sino en los pequeños matices del electrocardiograma. Estas, analizadas con la suficiente resolución, son únicas de cada persona, e independientes del ritmo.
Además de la patente relativa al sensor cardiaco, Apple también ha registrado una patente sobre una tecnología que ayudará a mejorar la precisión del panel táctil. El nuevo sistema es capaz de detectar la presencia de un dedo sobre la pantalla, aunque no la esté tocando. Samsung ya utiliza una tecnología similar en su teléfono Galaxy S4, y la aprovecha para permitir la comunicación con el terminal mediante gestos.