Durante el tercer trimestre fiscal la compañía canadiense distribuyó solo 1.9 millones de teléfonos -una cifra bastante preocupante si tenemos en cuenta los 3.7 millones de dispositivos vendidos en el pasado periodo (Q2)-, presentando un balance que registra pérdidas de 4,400 millones de dólares. Curiosamente, la mayoría de dispositivos eran modelos basados en la plataforma BB7, algo que ha provocado que los terminales BB10 generasen pérdidas de 2,6 millones de dólares.
De los 4.3 millones de dispositivos vendidos a usuarios finales, solo 1.1 millones eran BB10, así que BlackBerry ha decidido crear una nueva estructura organizativa con la que despejar dudas, mientras que por otro lado ha establecido una estrecha relación con Foxconn para poder fabricar teléfonos asequibles especialmente orientados a mercados emergentes.
Esta asociación tendrá una duración inicial de cinco años, y permitirá a BlackBerry centrarse en el diseño y el software. Foxconn, por su parte, se dedicará a la fabricación de los teléfonos desde Indonesia y México pudiendo realizar los primeros envíos en regiones emergentes para principios del 2014. Para no perder la costumbre, BBM sigue siendo la nota positiva entre este mar de dudas, sumando ahora cerca de 40 millones de nuevos usuarios de Android e iOS.