La ONU estableció el 22 de abril como el “Día de la Tierra”, un día que tiene como objetivo concienciar a la gente de la responsabilidad que tienen en la preservación del medio ambiente y cómo la actividad del hombre tiene un impacto directo sobre nuestro planeta. Además del doodle que Google ha dedicado hoy a la efeméride, desde el lado de la tecnología se puede aportar mucho para contribuir a la preservación de nuestro planeta y, aunque podamos pensar lo contrario, la tarea no siempre está en el tejado de las grandes empresas tecnológicas.
Preservar el planeta es una tarea de todos y, por tanto, afecta tanto a empresas y particulares y, en este sentido, las prácticas del Green IT tienen bastante que aportar. Empresas como Google invierten bastante en el uso de energías limpias y han optimizado el consumo de sus grandes centros de datos, de hecho, para que nos hagamos una idea de las magnitudes que podemos llegar a manejar, Google consume el 0,01% de la energía eléctrica mundial y el 1% de la energía eléctrica del mundo se consume en los centros de datos que existen en las empresas de todo el mundo.
Salvo que se usen energías limpias, el consumo eléctrico tiene como reflejo lo que llamamos “huella de carbono” o “emisiones de carbono”; es decir, las emisiones de dióxido de carbono necesarias para generar la energía eléctrica consumida, un dato que tiene impacto directo en el medio ambiente y que muchas empresas toman como objetivo a mejorar (y, de paso, ahorrar algo de dinero en consumo eléctrico). Algo tan simple como un ordenador personal tiene su impacto en huella de carbono y cuando hablamos de parques de ordenadores considerables (los de una empresa mediana, por ejemplo) podemos llegar a hablar de miles de euros de gastos innecesarios que se podrían ahorrar.
¿Y por qué gastos innecesarios? Muchas veces, nuestro ordenador está encendido y, a su vez, está ocioso, es decir, no lo estamos usando. Esta problemática, que es bastante importante en las empresas, se ha intentado atajar por la vía del control del consumo de los ordenadores de escritorio y su monitorización, por ejemplo, para aplicar apagados programados en todos los puesto de una oficina si se detecta que, de manera natural, los empleados tienden a dejar encencido su ordenador. La consultora Gartner llegó a cifrar entre 6.500 dólares y 43.000 dólares el ahorro que podría encontrar una empresa anualmente, simplemente, aplicando políticas de control al consumo energético.
¿Realmente se puede hacer algo? ¿Es posible reducir el consumo eléctrico de nuestra computadora? ¿Cómo podemos contribuir? A nivel particular o en nuestro puesto de trabajo, podemos seguir una serie de buenas pautas y prácticas que ahorren energía sin mermar nuestra productividad y sin resentir nuestro trabajo:
- Apagar nuestro ordenador cuando no lo estemos usando, parece un consejo obvio pero en muchas oficinas es práctica habitual dejar el ordenador encendido (aunque bloqueado) e, incluso, en muchos hogares también se sigue esta pauta. Si bien es cierto que podemos dejar el equipo encendido trabajando en alguna cosa, existen aplicaciones que cuando detectan la CPU ociosa, apagan directamente el equipo y, así, evitamos gastos innecesarios.
- Aplicar políticas de gestión de energía que permitan apagar ciertas cosas si no estamos trabajando. Una funcionalidad que podemos encontrar en cualquier sistema operativo y donde podríamos apagar el monitor tras 20 minutos de inactividad y apagar el equipo y el monitor tras dos horas de ociosidad. Quizás pueda parecer poca cosa pero según el Departamento de Energía de Estados Unidos, esta configuración tan simple podría ahorrarnos 50 dólares por persona cada año.
- Activa los periféricos que vayas a utilizar, es decir, no tiene sentido tener encendida siempre la impresora o los altavoces si no vamos a imprimir nada y, para colmo, ponemos en silencio nuestros altavoces. Ajustando el brillo de nuestro monitor y alimentando los periféricos que vayamos a usar, al final, también encontraremos un ahorro importante. Si a esta práctica le sumamos el uso del modo ACPI que incluyen muchas placas base, también podremos mejorar el consumo energético de nuestro equipo.
- Optimiza las aplicaciones que están funcionando y algunas configuraciones, un consejo que puede sonar abstracto pero que, realmente, no es tan complicado de implementar. Hoy en día, la mayoría de monitores que están en el mercado no requieren que usemos un protector de pantalla y, con el consumo que esto genera, tampoco trae cuenta usarlo en vez de apagar el monitor o colocarlo en stand-by. Si apagamos ciertas aplicaciones que andan siempre conectadas y las usamos, solamente, para cuando nos conectamos también estaremos ahorrando en ciertas cosas.
- Mejor leer en electrónico que en papel, un detalle que no siempre se suele tener en cuenta y termina convirtiendo muchas impresiones en “lecturas de un solo uso” que se podrían haber hecho perfectamente en un formato PDF leído en la pantalla de cualquier persona.
Si a este conjunto de prácticas simples le sumamos algunas aplicaciones de gestión del consumo de los puestos de trabajo de las empresas (existen muy buenos productos a nivel empresarial) o algunas aplicaciones gratuitas para programar el apagado de nuestro ordenador, bajaremos el consumo eléctrico de nuestro equipo a la vez que colaboraremos con la preservación de nuestro planeta.