Una joven ofendió en la cuenta de Facebook a otra a la que luego mató porque le reclamó. Cuando ocurrió esa tragedia, hace dos años, en el país era desconocido el término ciberbullying, burlas a niños y adolescentes desde medios electrónicos, que por su alcance tienen efectos devastadores.
Hace más daño que el bullying, porque amparados en la distancia los ataques son más crueles y pueden provenir de gente conocida o no, desde celulares, computadoras, y otras vías. Son mensajes sádicos, imputaciones falsas, fotografías y vídeos reales o montajes, con el propósito de ridiculizar.
La peligrosa tendencia ha generado en ocho meses cuatro incidentes serios en el país, que no han provocado más muertes, pero sí pleitos que envuelven a familias enteras y que dejan marcas emocionales difíciles de superar. En lugar de denunciar, la gente guarda silencio o enfrenta la situación por sí misma y empieza una cadena de insultos que podría llevar a agresiones físicas.
Los ataques son difundidos en perfiles que suelen ser falsos, creados por un grupo o una persona que incentiva a otras a sumarse y a elegir blancos al azar, o a ofender a un compañero de clases, de trabajo o a un vecino.
Para frenar ese delito, el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel) orienta a los estudiantes sobre el daño que acarrea y la importancia de comentarlo a sus padres, e insta a reportarlo a las autoridades. Sus capacitadores imparten charlas en escuelas y la meta es llegar a todos los planteles del país.
El mayor rango de afectados está entre nueve y 13 años, seguido por el segmento de 14 a 18 y las niñas son más vulnerables. Como en el caso de Francesca Peniel, cuyo video “One, two, three, four, five (ánimo, ánimo, ánimo)” ha desatado una ola de reacciones negativas, con las características del ciberbullying.
El orientador de Indotel, Luis Fernando Fernández recuerda que ese tipo de acciones son penalizadas y que para evitarlas los portales digitales filtran los comentarios de sus lectores, sobre todo, cuando se trata de temas relacionados con menores. Expone que las burlas pueden originarse en lugares que el agredido frecuenta y expandirse vía red.
“A veces el niño es molestado en el centro de estudios y esa situación se agranda de tal manera que el agresor no conforme ataca desde su página de Facebook, o crea una para eso, o lo hace desde el teléfono y hasta llama a programas de radio o de televisión para lanzar indirectas”, manifiesta. Exhorta a los progenitores y educadores a prevenir ese comportamiento, a explicar tanto a víctimas como a victimarios lo negativa de esa actitud y a inculcarles que los medios electrónicos nunca deben usarse para dañar a otros.
Fernández afirma que la intención de Indotel es propiciar un Internet sano, una herramienta que forme y eduque y que para esto, el organismo necesita la colaboración de todos los sectores involucrados en el área, que se conviertan en promotores de la iniciativa que busca reducir los delitos electrónicos.