Autoridades de estados y ciudades de Estados Unidos se han unido para presionar a los fabricantes de móviles a que adopten tecnologías que deshabiliten los teléfonos robados, incluyendo un “interruptor de seguridad”, para poner freno al creciente robo de estos dispositivos.
Las autoridades han criticado a las operadoras y los fabricantes de teléfonos por lo que ven como falta de voluntad para realizar cambios tecnológicos que se hagan cargo del problema.
Una nueva coalición analizará los patrones detrás de los robos y trabajará con Apple y otros fabricantes de teléfonos inteligentes para crear “interruptores de seguridad”, que harán que dichos aparatos dejen de funcionar si son robados.
De acuerdo con las autoridades, el robo de celulares ha escalado y se vuelve un problema cada vez más violento. Cerca de la mitad de los robos en San Francisco el año pasado implicaron el robo de dispositivos móviles, según el fiscal de distrito de San Francisco, George Gascon.
Un estudio reveló que el costo para los consumidores por aparatos perdidos y robados ascendió a 30.000 millones de dólares el año pasado. La iniciativa se anunciaría antes de una reunión en Nueva York entre autoridades y representantes de Apple, Samsung Electronics Co, Motorola Mobility de Google Inc y Microsoft Corp.
Además de los representantes de Nueva York y de San Francisco, la nueva coalición incluye a fiscales generales de Illinois, Massachusetts, Delaware, Minnesota, Connecticut, Nebraska y Hawái, además de fiscales de distrito, funcionarios de policía y otras autoridades de ciudades como Filadelfia, Boston y Chicago.
Ante la presión de las autoridades, Apple anunció el lunes que incluiría una nueva función de “activación de candado” en el software de sus nuevos teléfonos.
La nueva función, disponible con el lanzamiento del modelo iOS 7 este otoño, pedirá el ingreso de la identificación y la clave del dueño legítimo antes de limpiar al iPhone o reactivarlo tras ser borrado remotamente.