
Tecnológicas como Sony, Toshiba, Dell, HP y Samsung dejaron de fabricar este tipo de computadoras años anteriores. Sólo Asus y Acer continuaban su producción, pero durante los últimos instantes de 2012 también anunciaron que dejarían de hacerlas.
Bajo el título “Sayonara, netbooks”, un artículo publicado en The Guardian viene a confirmar la defunción de los netbooks, los portátiles de dimensiones reducidas y que han sido devorados por los dispositivos móviles en auge. Llegaron al mercado en 2007 y tuvieron en 2009 y 2010 los años de mejor acogida gracias a su tamaño, más manejable, así como a su precio, más económico que un portátil aunque con una capacidad técnica bastante limitada.
Al margen de estas ventajas, cumplían a la perfección con lo que el usuario buscaba en ellos, que pasaba porfunciones básicas como mirar el correo, disfrutar de vídeos o navegar por Internet. Sin embargo, poco más se podía pedir a unos equipos que tenían en la potencia una de sus asignaturas pendientes y que les daba un uso más bien limitado.
La llegada en abril de 2010 del primer iPad y el lanzamiento progresivo de dispositivos similares por parte de distintos fabricantes provocó un descenso en sus ventas que se fue convirtiendo en un auténtico desplome con el paso de los meses. Si bien algunas compañías no tardaron en reaccionar y rebajar el precio de estos gadgets para seguir haciéndolos atractivos, su fin se perfilaba en el horizonte puesto que las tabletas cumplían con creces sus funciones al margen de ofrecer nuevas posibilidades bajo el entorno de Apple o Android.
La confirmación del fatal desenlace para este tipo de ordenadores llegó con el reciente anuncio por parte de Asus y Acer del cese en la producción de netbooks. Ambas compañías son conscientes del nulo interés que despertaban ya entre los usuarios en un momento en el que las tabletas se han convertido en una amenaza incluso para los ordenadores portátiles. Incluso los llamados Ultrabooks, portátiles que cuentan con la calidad técnica de la que carecían los netbooks, se ven obstaculizados para despegar en el mercado.