La noticia de que había una oferta para la compra de la empresa canadiense BlackBerry resultó sorpresiva para muchos, pese a que desde hace semanas se había anunciado que la venta estaba entre las estrategias para la sobrevivencia de la pionera de los teléfonos inteligentes.
Algunos analistas de mercados sospechan que la movida de Fairfax solo busca desatar una puja que aumente el valor de la empresa para eventualmente poder recuperar la inversión que el grupo tiene en ella, equivalente a un 10% del capital total.
Pero si ese fuera el caso, la pregunta inicial sigue siendo válida, porque a primera vista BlackBerry no parece tener mucho que ofrecer, incluso considerando que el monto ofrecido es una ganga, solo el 5% de lo que llegó a valer la empresa en su mejor momento.
En un comunicado anunciando la oferta, Fairfax explicó que aspira hacer de BlackBerry una empresa privada (sacarla de la bolsa), lo que le permitiría acelerar la adopción de decisiones estratégicas con las cuales restructurar la firma.
En cualquier caso sería una tarea compleja, considerando que BlackBerry sufre un acelerado éxodo de clientes, por no haber sido capaz de mantener la presión que le plantean iPhone, Samsung y otros aparatos basados en sistema Android, que son más versátiles y atractivos, sobre todo para el público joven.
El tardío lanzamiento de los aparatos Z10 y Q10 y otros basados en un nuevo sistema operativo no logró revertir las tendencias y las ventas no cumplieron las expectativas de la empresa, que la semana pasada anunció pérdidas trimestrales de US$1.000 millones y el despido del 30% de su personal.
El valor de las patentes
Pese a ese cuadro sombrío, el hecho es que BlackBerry tiene algo valioso que muchos pueden querer: un nutrido portafolio de patentes, un recurso muy preciado en la industria de la telefonía celular.
Así, el valor de BlackBerry no está ya en sus teléfonos, ni siquiera en la capacidad de crecer, o de innovar que fue su signo distintivo hasta la irrupción del iPhone, sino en esas patentes, un nicho interesante para muchos inversionistas.
Scotiabank, el tercer grupo financiero de Canadá, presentó este martes un informe en el que dejó claro que las patentes de la empresa canadiense son su fuerte, aún en el caso de que no logre revertir la tendencia que la mantiene cada vez más cerca del colapso.
Según el reporte de Scotiabank a sus clientes, que es citado en la versión digital del diario The Wall Street Journal, las 5.136 patentes de BlackBerry pueden llegar a venderse por un mínimo de US$2.250 millones.
Tras la sueca Ericsson -otra exgigante telefónica en problemas- y de Apple, la empresa canadiense es la firma con más número de patentes registradas.
Además, estas patentes tienen un promedio de 12 años de exclusividad por delante, frente al de ocho que tienen las de la competencia, lo que aumenta su valor para un eventual comprador, entre quienes figurarían desde Apple, Samsung y Google, las empresas que actualmente se disputan el mercado de la telefonía inteligente.
Sin seguridad y sin Jobs
La idea de seguridad fue durante años el punto fuerte de BlackBerry, cuyos teléfonos eran usados por políticos y empresarios de todo el mundo por la confiabilidad que ofrecían a la hora de intercambiar información delicada o confidencial.
Pero esa otrora fiel clientela corporativa fue disminuyendo, en buena parte por la presión de empleados que cada vez más exigían a sus empresas adoptar teléfonos más versátiles y hasta más de moda.
Hasta en el Pentágono -el Ministerio de Defensa estadounidense- o en el Congreso en Washington el monopolio de BlackBerry llegó a su fin y ahora en sus pasillos pueden verse a funcionarios usando aparatos de otras firmas, que han logrado mejorar sus características de seguridad.
Sólo el gobierno de Canadá ha dicho que no abandonará esos teléfonos, quizá por la natural inercia burocrática a la hora del cambio, o quizá por necesidad de apoyar una empresa nacional en problemas.
“La planeada venta a su principal accionista implica que la conclusión de esta historia lamentable sucederá en privado, lejos de la incansable mirada de los analistas de Wall Street”, dice Cellena Jones.
En la época no muy lejana en la que la firma era una de las estrellas del firmamento bursátil llevó a valer US$83.000 millones.
Y aunque hoy ofrecen por ella solo un 5% de aquella cifra, Charles Cooper aseguró a BBC Mundo que no se puede escribir aun el epitafio de la pionera en teléfonos inteligentes.
“Nunca hay que decir nunca. Recuerdo a mediados de los noventa cuando Apple parecía al borde de la desaparición y la noción general era que la compañía estaba condenada al fracaso. Claro que BlackBerry no tiene una figura como la de Steve Jobs esperando para salvarla”.