Facebook recolecta información de sus usuarios para mostrar anuncios, sugerir páginas de ‘me gusta’, posibles personas que conozcamos o aplicaciones que puedan intersarnos. La red social de Zuckerberg advierte en sus términos y condiciones que la información es recopilada para diversos fines, algo que no gusta demasiado a ciertos usuarios pero que es algo intrínseco de este servicio. Durante el verano de 2012, Facebook llevó a cabo un estudio acerca de la autocensura de sus clientes, con el fin de conocer más sobre el comportamiento a la hora de publicar nuevos estados, enviar mensajes o comentarios. Este estudio refleja información interesante, pero aunque sabíamos que Facebook recopila información sobre todo lo que publicamos, resulta cuanto menos curioso que también lo hagan de aquellos mensajes que escribimos pero que nunca llegamos a publicar.
A todos nos ha pasado que vamos a actualizar nuestro estado o comentar una foto de un amigo y en el último momento decidimos cambiar algo del mensaje, o directamente no publicarlo. Las razones pueden ser muchas, pero Facebook ha descubierto que en la mayoría de ocasiones es debido a que queremos agradar a nuestra audiencia, es decir, nuestro grupo de amigos. Los conductores del estudio fueron Adam Kramer, experto de datos de Facebook, y Sauvik Das, un estudiante en prácticas. Durante 17 días recopilaron todos los estados fallidos de la red social, es decir, todo aquello que se tecleó pero que no apareció publicado pasado un tiempo. Uno de los criterios era que cada mensaje debía tener más de cinco caracteres para ser considerado autocensura. El sistema que emplearon analizaba el código HTML, pero no leía el contenido de los mensajes, sino que registraba la cantidad de caracteres tecleados, cuando fueron introducidos y si finalmente fueron borrados o publicados.
En su informe revelan que los hombres suelen autocensurarse más que las mujeres y también que se suele pensar más lo que se publica cuando el grupo de amigos es más heterogéneo, ya que se buscaría contentar a todo el mundo y las opiniones variadas podrían frenar la publicación. Los usuarios con un grupo de amigos más cohesionado o que publican en grupos más delimitados se sienten más libres a la hora de publicar y no hubo tanta autocensura. Por otro lado el estudio desvela que se lleva mucho más cuidado con las actualizaciones de estado que en los comentarios en otras publicaciones o fotografías, iniciar un tema de conversación hace que se reflexione más sobre su relevancia o la posibilidad de ofender a los receptores.
El estudio duró 17 días y en ellos un 71% de los usuarios se autocensuró al menos en una ocasión. Para Facebook este tipo de información es crucial para mantener viva su red social, ya que sin contenido no tiene razón de ser. La compañía podría buscar formas de estimular las publicaciones y así seguir generando interés entre los participantes.