Vivir en ostentosas casas pero lejos de la justicia, vivir en cárceles doradas con todos los lujos que da el dinero mal habido, no es suficiente para los hijos de los narcotraficantes, quienes han optado por lucir sus extravagancia en las redes sociales.
Los descendientes de los narcos más poderosos del mundo están apelando al Twitter y Facebook para exponer cuestiones de su vida íntima, pero también para expandir su negocio.
Además de portar armas e infringir las leyes, detrás hay una vida de excesos y ostentación.
Sus excéntricas costumbres han hecho que se descuiden y permitan el arresto de alguno de ellos.
Incluso el arresto de Serafín Zambada Ortiz, hijo de Ismael Zambada García, apodado el “Mayo”, permitió a la Oficina Federal Antidrogas de Estados Unidos (DEA) acceder a los perfiles que mantenía abiertos en las redes sociales.
A través de su cuenta personal de twitter, también se pueden encontrar fotografías del estilo de vida que llevaba en la clandestinidad. Rifles AK-47 de color oro y plata y fajos de billetes encimados son algunas de las imágenes que Zambada exponía de su ostentosa vida personal.
Exhibir esta prepotencia y la necesidad de presumir de coches y armas obedece a la necesidad de transmitir poder a la sociedad y a los cárteles enemigos, según los especialistas.
Otro ejemplo del uso descuidado de internet se vio en la caída de Heriberto Lazcano. Agentes del Ejército fueron recopilando diferentes imágenes que se subieron a la web de un casamiento al que el narco asistió para poder dar con distintos tipos de información. Finalmente, Lazcano fue abatido en octubre de 2012.
Otro sicario que apela a este tipo de recursos es Broly Banderas, del cártel de Los Caballeros Templarios, quien en Facebook da cuenta de sus andanzas.
Mientras distintos organismos internacionales intensifican sus acciones contra el narcotráfico, las nuevas camadas de esas agrupaciones descuidan sus operaciones para demostrar ostentación y poder a sus seguidores.