La historia del iPhone tiene varios puntos clave. Si nos remontamos al primero, llegaremos a aquella mágica keynote de enero de 2007 (para mí, la mejor de todas las que ha hecho Apple) en la que Steve Jobs dejó momentos para el recuerdo. Desde la broma de la llamada errónea al Starbucks, hasta esa filosofía rompedora sobre los teclados físicos, que debían desaparecer para poder ganar tamaño de pantalla. Y sobre todo, aquel momento: an iPod, a phone, an internet communicator…. Y su posterior ¿se dan cuenta? No son tres dispositivos por separado. Se trata de un sólo dispositivo. Y lo hemos llamado iPhone. De fondo, la multitud entusiasmada aplaudiendo a rabiar.
Pero eso fue en enero. Hoy se cumplen seis años de la llegada del iPhone, de su lanzamiento oficial en las tiendas. El 29 de junio de 2007, las Apple Store cerraron a las 14.00 para preparar su puesta en venta. Cuatro horas después, el iPhone llegaba al mundo. O mejor dicho, a Estados Unidos. Posteriormente, a Francia, Alemania, Reino Unido, Austria e Irlanda. En las 30 primeras horas, más de 270.000 fueron vendidos. Pero en el caso del iPhone, no importan tanto los números, sino lo que representó. No ha vuelto a haber nada igual en el mercado, seis años después.
Los smartphones que había en el mercado antes del iPhone tenían algunas características similares: teclados físicos repletos de teclas con diferentes funciones, pantallas bastante pequeñas, funcionalidades muy limitadas, una interfaz muy compleja, y una orientación clara al sector corporativo. El iPhone fue rompedor. Literalmente, rompió con todo ello. Trajo teclado virtual, una gran pantalla (para la época) pero muy manejable, una plataforma llena de posibilidades, una interfaz sencillísima basada en toques con un dedo, y una orientación global. Cualquiera podía usar un iPhone. Y su consecuencia fue clara: cualquiera quería un iPhone.
Apple marcó el camino a seguir para el resto durante muchos años. Las iteraciones que todavía vemos hoy (cámaras excelentes, pantallas mejores y más grandes, diseños magníficos, nuevas funcionalidades…) no dejan de ser iteraciones. En 2013, todavía seguimos la hoja de ruta que comenzó, tal día como hoy, hace seis años, el primer iPhone. La industria, la actitud de los consumidores, la profesión de desarrollador móvil… Todo ha cambiado. Pero la tendencia continúa siendo la de aquel dispositivo que no se parecía en nada a ningún dispositivo visto hasta la fecha.
El primer iPhone, como cualquiera de los cinco que le siguieron, como cualquier otro smartphone del mercado, no era perfecto. Ninguno ha logrado alcanzar ese status en todo este tiempo. Y en mi opinión, ninguno lo hará. Pero muy difícilmente llegará alguno que le quite el trono a aquella joya para la historia de la tecnología que fue el primer iPhone. Rompió con todo, y no hemos vuelto a ver nada igual. Posteriormente, llegaría la siguiente revolución en forma de App Store, pero derivada de aquel dispositivo. El que nos dejo esa experiencia de usuario bestial, que no podía ser comparada con ningún Nokia, BlackBerry, Palm o Motorola de la época.
El iPhone nos dejó esa forma de interactuar con él, el deslizamiento natural a través de nuestro dedo, sinlags, con una fluidez inaudita hasta la fecha. Hoy llevamos seis años con él en el mercado. O mejor dicho, con su legado. He usado decenas y decenas de smartphones en todo este tiempo. Aprecio muchísimos aspectos de Android, ahora mismo mi smartphone preferido es el HTC One, y también tengo una BlackBerry Q10 que me encanta usar. Pero por lo que significó, no me queda ninguna duda. El iPhone original es el mejor smartphone de la historia.
Como olvidar este momento principalmente cuando dijo que usaremos nuestros dedos para controlaríamos el teléfono. Thanks Jobs