Las Google Glass aún no están comercializadas y están dando mucho que hablar. Las controvertidas gafas lo son porque podrían poner en jaque la privacidad de las personas.
En EEUU ya se está investigando a nivel legislativo el concepto de intimidad y cómo podría ser violado con el uso de un dispositivo que puede grabar a cualquiera y en cualquier lugar.
A nivel social el asunto también está empezando a calar. Sin ir más lejos, un bar de Seattle, en un tono irónico de denuncia, ya ha puesto un cartel en su local prohibiendo el uso de estas gafas en su establecimiento, según relata el diario El País.
La prohibición la colocó el dueño del bar en su página de Facebook. “En parte es una broma, en parte, no”, explica.
Las gafas permiten aumentar la realidad y grabar sin que nadie lo perciba, ya que no tienen ningún piloto luminoso que así lo atestigüe.
El mayor problema surgirá con las versiones graduadas de estas gafas, que en un futuro pondrán en choque varios derechos: el del uso de un dispositivo por motivos de salud, y el derecho a la intimidad y a la propia imagen del resto de las personas expuestas en un mismo lugar.