Cheng Yi Ling, la mujer de nacionalidad taiwanesa que mató a su suegra había confesado el crimen por WhatsApp. En diálogo con un amigo que maneja un flete, contó que había cometido el asesinato y le pidió que la ayudara a deshacerse del cuerpo. Esta conversación llegó a manos de los investigadores, por lo cual el fiscal a cargo de la causa, Marcelo Fuanzalida, realizó un allanamiento y encontró el cadáver.
La conversación entre la asesina y el fletero
-“Te tengo que pedir un favor enorme, ¿te puedo llamar?¿Solo vos lees los mensajes ahora?¿Puedo confiar en vos? Te lo digo pero por favor no me juzgues”, comenzó la imputada.
–“Maté a mi suegra y la enterré en el jardín, pero ahora la saqué y tengo que deshacerme del cuerpo sí o sí, sin cuerpo no hay prueba y yo no manejo”.
–“La hija de puta la puse en una valija y la sellé con la bolsa. Tuve una discusión y me sacó. Se puso dura y violenta. La ahorqué con mi bufanda”.
–“¿Me estás jodiendo? No me hagas estas bromas”, responde el fletero.
-“Te estoy diciendo en serio. Te lo juro por mis hijos, por favor ayudame”.
-“No puedo ahora, tengo que llevar a mi vieja”, concluyó el fletero.
Todos estos mensajes fueron enviados antes de que se descubra el crimen. Fue al finalizar la conversación que el fletero acudió a la hija de la víctima para que lo notifique a la policía.
El crimen
La víctima, identificada como Liu Yue Houy, tenía 67 años y fue hallada muerta, con signos de ahorcamiento, dentro de una valija en el garage de la casa de su nuera, en la localidad de donde vivian.
Por el crimen fueron detenidos Cheng Yi Ling y su propio hijo, quien también habría colaborado con el homicidio.
Los pesquisas determinaron que tras ser asesinada, el cuerpo de la mujer fue enterrado en el jardín de una casa y luego desenterrado, envuelto en frazadas y bolsas plásticas e introducido en una valija roja, con la intención de la supuesta homicida de deshacerse del cadáver.