Por primera vez los investigadores han creado un proceso químico que convierte las algas en petróleo crudo en minutos en vez de en millones de años. Junto con una productora de biocombustible, desarrollan una planta que tendrá la nueva tecnología.
La idea de usar algas para producir petróleo no es nueva, sin embargo por primera vez los investigadores estadounidences han logrado elaborar un método que, aparte de ser inofensivo, libre de residuos y relativamente barato, es muy rápido. Tan solo una hora después de verter en un reactor químico una masa liquida de algas, que consiste en un 90% de agua, obtiene petróleo crudo, gas, agua y biomaterial.
El siguiente proceso convencional de refinación convierte el petróleo crudo en petróleo útil, mientras el agua y el biomaterial se pueden volver a usar para plantar más algas. Tras la refinación del petróleo crudo se puede producir combustible para aviones, gasóleo e incluso gasolina.
El biomaterial resultado de la reacción no contiene sustancias peligrosas, pero contiene fósforo que los científicos planean volver a usar para producir más algas y de esta manera hacer un proceso continuo. Con el mismo objetivo se pueden utilizar otros productos de conversión, como el potasio y el nitrógeno.
El último producto de conversión de algas es el gas inflamable, que también se puede refinar en gas combustible o simplemente quemarlo para producir energía.
Las algas se convierten en petróleo por el efecto de una temperatura de 350 grados Celsius y una presión muy alta de 205 bares, es decir, los científicos duplicaron el proceso natural de transformación de algas en petróleo que en el medio ambiente tarda millones de años, pero en el laboratorio solamente unos minutos.
A diferencia de otros estudios, los investigadores usan la masa líquida de las algas, algo que junto con otras invenciones suyas permitirá próximamente desarrollar tecnología redituable. En cambio la mayoría de otras tecnologías implica un proceso costoso de secado de algas, haciéndolas de esta manera no rentables.
El estudio llevado a cabo por los científicos del Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico, gestionado por el Gobierno de EE.UU., llamó la atención de compañías de biocombustible, de las cuales una decidió unirse al proyecto. La nueva tecnología ha sido certificada y ahora los científicos de PNNL, junto con la compañía Genifuel Corp., están desarrollando una planta que la incluirá.