La tecnología LED se ha extendido, sobre todo a nivel industrial y de áreas públicas –como carreteras, semáforos, estacionamientos, pistas de aeropuertos. La razón: sus ventajas comparativas superan otras fuentes de iluminación. Podemos ver LED en las luces indicadoras de distintos dispositivos electrónicos: como botones de elevadores, letreros de salida, pantallas de teléfonos móviles, televisiones, computadoras, tabletas, letreros, pantallas en instalaciones deportivas, equipo quirúrgico microscópico, cruces de ferrocarril y pistas de aeropuertos.
La eficiencia de la Iluminación LED se basa, entre otros atributos, en el ahorro energético y bajos costos de mantenimiento. El objetivo es que esta tecnología poco a poco se consolide en el segmento hogar y pequeñas aplicaciones, pues el consumidor podrá ver el cambio de inmediato, ya que las luces LED duran mucho más tiempo que ninguna otra fuente de iluminación. Usan casi un 75 por ciento menos energía que las fuentes incandescentes y duran hasta 25 veces más tiempo que las fuentes de luz de halógeno e incandescentes y hasta tres veces más que la mayoría de las lámparas fluorescentes compactas o CFLs. Además, no se calientan y su encendido es instantáneo.
Al momento de seleccionar el sistema de iluminación –sobre todo en el hogar, aunque aplica a otros rubros- es recomendable comparar el gasto de energía de las distintas tecnologías disponibles para maximizar el ahorro en la cuenta de luz. Para ello la información en el empaque de los productos es el mejor aliado a la hora de escoger el producto ideal, pues varios factores influyen en el resultado final. Aparte de la cantidad de lúmenes, se debe tomar en cuenta:
1.La cantidad de lúmenes: El lumen (símbolo: lm) es la unidad del Sistema Internacional de Medidas para calcular el flujo luminoso, una medida de la potencia luminosa percibida. Se puede interpretar el lumen de forma menos rigurosa como una medida de la “cantidad” total de luz visible en un ángulo determinado, o emitida por una fuente dada. Cuanto más lúmenes, mayor el brillo del bombillo y el nivel de luminosidad del ambiente. Por ejemplo, una incandescente estándar de 60 watts, una CFL de 15 watts y una LED de 12 watts pueden todas producir los mismos 800 lúmenes.
2.La duración o vida útil esperada (en años): Una lámpara incandescente puede durar mil horas, o cerca de un año, mientras que un sistema LED llega a 25 mil horas o más, disminuyendo la frecuencia con que es necesario remplazar las fuentes de luz.
3.Color de la luz (qué tan caliente o fría se verá la luz): la temperatura de color se mide en grados Kelvin. Cuanto más alto el valor de la temperatura, más fría o blanca se ve la luz. Por otro lado, cuanto más bajo ese valor, más cálida o amarilla será la luz. Soluciones de iluminación con colores más blancos (alta temperatura) son ideales para los lugares donde se realizan tareas, como la cocina o el baño. Cuanto más amarilla la luz, más acogedor se percibe el ambiente.
4.Watts (energía consumida): Cuanto menor la cantidad de watts consumidos, menor la cuenta de luz.
A media que el desarrollo de tecnologías de iluminación más eficientes como los Leds avanzan, el papel del consumidor se torna más importante. Por ello, GE Lighting continua aumentando sus esfuerzos tanto a nivel de empaque como de medios para acompañar a sus clientes residenciales en la adopción de nuevas soluciones que les permitan ahorrar energía y contribuir con la economía del hogar y el medio ambiente.