Investigación encuentra que utilizar dispositivos como la laptop o la tableta antes de dormir y con el brillo máximo altera los patrones de sueño y los químicos corporales relacionados con este.
En años recientes mucho se ha insistido, en términos más bien laudatorios, en la movilidad de los dispositivos y nuevos gadgets como una cualidad positiva que, entre otras cosas, nos permite utilizarlos en casi cualquier momento y lugar, algo que, en efecto, puede ser ventajoso pero también perjudicial, entre otros aspectos, en lo que respecta a nuestro sueño y la calidad de nuestro descanso.
De acuerdo con un estudio realizado por Mariana Figueiro, del Centro de Investigación Lumínica del Instituto Politécnico Rensselaer, con sede en Nueva York, pasar un buen rato frente a la pantalla de alguno de estos dispositivos con su brillo al máximo, altera la segregación de melotonina, una hormona fundamental en el funcionamiento cíclico de ciertos procesos corporales como el sueño.
La melotonina es la sustancia encargada de advertir al cuerpo sobre la llegada de la noche y el consecuente comienzo de la somnolencia, sin embargo, en el caso de las tablets y las computadoras, la frecuencia lumínica de sus pantallas, que se encuentra en un rango entre el azul y el blanco, provoca que dicha señal se retrase y, por lo tanto, también la sensación de tener sueño. Pero si el uso nocturno del dispositivo se convierte en un hábito sostenido, las consecuencias van contra el sistema circadiano, que regula algunos de nuestros procesos más elementales e importantes y que se relaciona con nuestra fisiología evolutiva, desencadenando problemas en otros ámbitos de salud.
Luego de su investigación, Figueiro confía en que los fabricantes de dichos dispositivos piensen un poco más en los ritmos circadianos de sus usuarios y encuentren maneras de minimizar la luz que emiten sus pantallas, sobre todo en el caso de quienes los utilizan por las noches.
Pero mientras llega ese momento, como bien aconseja Stephani Sutherland en el sitio Scientific American, haz un favor a tus hábitos de sueño y baja un poco el brillo a la pantalla de tu lapop o tu tablet o, mejor todavía, toma un libro y deja que el abandono onírico te llegue poco a poco.