Los usuarios de iPhone son más fieles a la plataforma que los de Android, según un estudio. Y no es una sorpresa, pues Apple se caracteriza por ofrecer una experiencia unificada. Gustará más o menos, pero siempre es la misma.
Un estudio de Consumer Intelligence Research Partners (CIRP) ha revelado que los usuarios de iPhone son más fieles que los de Android, pues es más común que al comprar un nuevo teléfono no cambien de plataforma. Y lo cierto es que no debería sorprender a nadie, pues, pese a quien pese, el tándem iPhone/iOS está mucho mejor diseñado para evitar que los usuarios migren hacia otros sistemas operativos o fabricantes. En concreto, el 81% de las personas que tenía uno de los teléfonos de Apple compró otro dispositivo de la marca en los últimos12 meses, algo que sólo ocurrió en el 61% de los casos en Android. Y el número de usuarios que pasa de los equipos de Google a los de Apple es tres veces mayor que el que recorre el camino contrario.
La clave está precisamente en esta relación entre hardware y software. De hecho, en el estudio ya se puede ver cómo en el caso de Apple, iOS y iPhone van de la mano, mientras que en el de Android es imposible hablar de todas las empresas que utilizan el sistema operativo en sus dispositivos. No todos los equipos con iOS son teléfonos, pero todos los smartphones de los de Cupertino utilizan esta plataforma. Y la experiencia será siempre la misma.
Esto permite que los usuarios iPhone sepan perfectamente lo que adquieren cuando compran su terminal. Puede gustar más o menos, pero no hay vuelta de hoja. Y si te gusta, vuelves cuando quieres actualizar tu teléfono; especialmente si ya estás dentro del ecosistema. Es fácil, es cómodo y no hay riesgo. El cliente que estaba satisfecho con su iPhone 4 lo estará con su iPhone 5.
En Android la historia es muy diferente. Desde el punto de vista del hardware hay tanta oferta que no es que sea difícil ser fiel a la plataforma, sino que hasta es difícil ser leal a una marca. Esto no es necesariamente algo malo —muchos lo consideran una ventaja—, pero desde el punto de vista de la fidelización de clientes es un reto adicional. Y, por otro lado, hay que tener en cuenta la estrategia de estos fabricantes.
Samsung, por ejemplo, tiene un catálogo enorme. Lo bueno es que esto le permite llegar a todos los sectores del mercado y monetizar todo tipo de usuarios. Lo malo, que nadie se enamora de un Galaxy Ace. El dueño de un Galaxy S4 estará encantado con su teléfono y probablemente quiera un Galaxy S5, pero la experiencia con la mayoría de los equipos de gama baja de Android es mala —independientemente de la marca y el modelo— y puede alejar a los usuarios.
Nadie se enamora de un Galaxy Ace
Este distanciamiento puede producirse a nivel de software o de hardware, pero no es un fenómeno extraño. Si tu smartphone no funciona, querrás alejarte de él al comprar uno nuevo. Nuevo fabricante, nueva vida. Pero si culpas al software, las opciones son mucho más limitadas y en este caso tienen forma de manzana.
De nuevo, esto no quiere decir que iOS sea una mejor plataforma; eso es una cuestión de gustos. Pero lo que es innegable es que es mucho más difícil que los productos de Apple decepcionen. ¿Por qué? Porque quien compra un iPhone normalmente sabe lo que busca, pero, sobre todo, porque obtendrá precisamente eso. Es casi imposible convencer a alguien a quien se le ha antojado un iPhone 5 de que compre otro teléfono (ocurre lo mismo con otros grandes dispositivos, como HTC One, S4 o Xperia Z).
Puede ser que esta tendencia cambie ligeramente con la llegada de iPhone 5C, un terminal de gama media, pero lo cierto es que sería sorprendente que se tratase de un teléfono malo. Será peor que el iPhone 5S, sin duda; pero no será malo. Es más, también podría aumentar la diferencia, ya que dará una opción más barata para que los usuarios que se hayan hartado de Android cambien de plataforma.