Los programas o software educativos son herramientas muy útiles en el ámbito de la enseñanza. Cuentan con muchas ventajas y hacen más entretenido el aprendizaje.
¿Qué es un software educativo?
Cuando hablamos de software educativo, nos referimos a todos aquellos programas informáticos que tienen como finalidad específica facilitar los procesos de enseñanza y aprendizaje. Están diseñados y confeccionados con la capacidad para emplear recursos multimedia: vídeos, imágenes, gráficos, audios, ejercicios, juegos y datos de diferentes tipos de textos.
Características de los programas educativosCabe señalar que los distintos software educativos presentan algunas diferencias en sus aplicaciones, pero todos tienen cinco similitudes esenciales:
1. Son contenidos elaborados con una finalidad eminentemente didáctica.
2. El ordenador es la herramienta de trabajo obligatoria. En él, los alumnos realizan las actividades que ellos proponen.
3. Son interactivos, por lo que funcionan como si tuviésemos un profesor a nuestro lado asistiéndonos.
4. Tienen la capacidad de individualizar el trabajo; adaptan las actividades según el ritmo y las exigencias que reclama cada alumno.
5. No requieren conocimientos técnicos informáticos, por lo que estos son similares a los necesarios para jugar a un videojuego. Aún así, cada aplicación educativa tiene reglas propias que es necesario conocer.
- Función informativa: Presentan contenidos estructurados a los estudiantes, por ejemplo, los tutoriales.
- Función instructiva: Facilitan el logro de objetivos educativos específicos.
- Función motivadora: Las aplicaciones incluyen recursos gráficos destinados exclusivamente a captar la atención y mantener el interés de los alumnos.
- Función lúdica: A menudo, los métodos propuestos por el software educativo genera connotaciones relacionadas con el juego, a través del que también se aprende.
Desventajas de los programas educativosSi bien en el balance general los software educativos son mayoritariamente positivos, también acarrean algunos inconvenientes derivados de su uso. En algunos casos pueden provocar ansiedad, cansancio y monotonía, así como sensación de aislamiento y reducción de las relaciones humanas. Tampoco se descarta que favorezca el desarrollo de estrategias de mínimo esfuerzo, y en ciertos aspectos, la información puede no satisfacer las necesidades requeridas.